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martes, 18 de octubre de 2011

Roberto Isaías Ligonio de la Cruz, primera víctima mortal del GT200

Como saben las personas que gustan de seguir los dislates de este humilde bloguero en Twitter, cada vez que me encuentro con alguna nota en la que se menciona el uso de los fraudulentos detectores moleculares GT200 para buscar explosivos suelo terminar el tuit con un "tic-tac", haciendo referencia a que su empleo es, literalmente, una bomba de tiempo.

Hasta ahora no he encontrado una sola nota en la que se mencione un solo éxito cuando se les emplea para buscar bombas —de haberlo créanme que lo cacarearían a más no poder— y estaba seguro de que sólo era cosa de tiempo para que la necedad de seguir usando este frauduento aparato tarde o temprano iba a ocasionar que alguien muriera cuando el GT200 "marcara" un falso negativo y una bomba fuera pasada por alto, como ha sucedido en Irak con el ADE651 y en Tailandia con el GT200.

Lo nunca pensé que tal muerte sería por un falso positivo. Y lo peor, ni siquiera fue buscado explosivos.

Escuchando la entrevista que hizo Luis Cárdenas el martes pasado a Marat Paredes, segundo visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, me enteré de que el GT200 ya tiene su primer muerto en México, como se puede ver en su recomendación 61/2010 (PDF):

"RECOMENDACIÓN NO. 61/2010

Síntesis: El 4 de diciembre de 2008, esta Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) recibió la queja de Q1, por presuntos hechos violatorios en contra de V1, en la que señaló que alrededor de la 01:30 horas del 30 de noviembre de 2008, V1 transitaba a bordo de su vehículo por la calle Justo Sierra, en Ciudad Frontera, municipio de Centla, estado de Tabasco, cuando elementos de la Secretaría de Marina, quienes viajaban en una patrulla, le marcaron el alto, pero no se detuvo, por lo que lo persiguieron, realizaron disparos y un proyectil de arma de fuego lo alcanzó e hirió en la cabeza. Al perder el control de su automóvil, V1 se impactó contra una casa, por lo que fue llevado al centro de salud de ese municipio, donde se determinó que su estado de salud era grave y, con motivo de ello, fue trasladado al Hospital “Dr. Gustavo A. Rovirosa”, en Villahermosa, Tabasco, en el que falleció cinco días después".

Más adelante, en las páginas 10 y 11, puede leerse esto:

"La Secretaría de Marina refirió en los partes informativos suscritos por AR1, AR2, AR3, AR4 y AR5, que alrededor de las 01:15 horas del 30 de noviembre de 2008 se encontraban realizando un patrullaje terrestre y operando el Detector Molecular GT-200, el cual, según refirieron, marcó positivo en enervantes al automóvil de V1 que se aproximaba, por lo que le dieron indicaciones para que se detuviera, sin embargo, el conductor aceleró la velocidad, iniciándose su persecución. Lo alcanzaron en la esquina de la calle Justo Sierra y Galeana, donde intentó atropellar a AR1 y AR2 y continuó su fuga. En razón de ello, AR1 efectuó “un disparo de advertencia al aire” en legítima defensa y continuó la persecución. El vehículo se encontró dos cuadras adelante, impactado en una casa habitación; en ese momento, AR1 verificó el estado de salud del conductor y escaneó nuevamente el vehículo, que marcó positivo en enervantes".

[...]

"Por el contrario, en el parte informativo rendido por AR1 el 30 de noviembre de 2008, ese servidor público asentó que se acercó al vehículo de V1 para verificar si había enervantes, pero
no encontró ningún elemento ilícito".


Hoy, leyendo este artículo de La Razón sabemos el nombre de la primera víctima mortal de la ouija del diablo: Roberto Isaías Ligonio de la Cruz, estudiante de ingeniería mecánica en la Universidad Tecnológica de Campeche:

"La antena lo señaló y le dispararon

Roberto Isaías Ligonio de la Cruz, estudiante de ingeniería mecánica en la Universidad Tecnológica de Campeche, fue abatido de un tiro por infantes de la Marina, en Tabasco.

Los marinos estaban convencidos de que el joven transportaba enervantes en su camioneta, así lo marcó el detector molecular GT 200. Tras la balacera, los infantes revisaron el vehículo, pero no encontraron ni un solo gramo de droga.

El caso derivó en la recomendación 61/2010 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en la que llamó a la Secretaría de Marina a abstenerse de seguir usando el detector GT 200.

Según el expediente, el caso ocurrió el domingo 30 de noviembre de 2008. Eran las 01:15 horas cuando Roberto Isaías regresaba de Ciudad del Carmen, donde vendía frutas para pagar su universidad.

Viajaba en una camioneta roja, placas VM-17-862 de Tabasco. Al llegar a Ciudad Frontera, municipio de Centla, personal de la Marina le marcó el alto, pero no se detuvo, lo que originó una persecución.

Los marinos dijeron haber alcanzado la camioneta en la esquina de Justo Sierra y Galeana, pero no lo pudieron detener, por lo que hicieron “disparos de advertencia al aire en legítima defensa”, y continuaron la persecución.

Dos calles adelante hallaron el auto impactado en una casa, el conductor tenía un balazo en la cabeza y, aunque fue llevado a un hospital, murió.

Tras analizar el caso, la CNDH determinó que los marinos vulneraron los derechos humanos a la vida, a la integridad y seguridad personal, y a la legalidad y seguridad jurídica. Y es que hicieron un uso arbitrario de la fuerza pública, alteraron la escena del hecho e incurrieron en el ejercicio indebido de la función pública.

La recomendación está parcialmente cumplida, pues no se ha informado si los marinos están presos, además de que continúan utilizando el aparato. Así lo reconoce la Semar en el comunicado 121/2011, en el que dice que gracias al GT 200 se identificó un cargamento de droga, en Puerto Peñasco, Sonora".


Un asesinato provocado por confiar en el giro de una antena unida por medio de un pivote a una caja de plástico hueca.

¿Dónde puedo bajarme de este país?

A.T.

2 comentarios:

Israellll dijo...

Como puede ser esto posible, ¿acaso estamos en la edad media? me avergüenza vivir en este país

Anónimo dijo...

Desafortunadamente ya tenemos un asesinato, y se sigue solapando este fraude.

Sería una pregunta interesante para los candidatos a presidente, qué harán al respecto del fraude del GT200.