Páginas

sábado, 22 de octubre de 2011

De Rogelio Cerda Pérez y sus declaraciones sobre el GT200

(Actualizado 28/10/11)

Casi me infarto ayer en la mañana cuando leí las declaraciones que el presidente de la Comisión de la Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, Rogelio Cerda Pérez, dio en una entrevista poco después de que se reunieron con el Gral. Guillermo Galván, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, en la que trataron entre otras cosas, el caso del detector molecular GT200.

Para que comprenda el porqué de mi cuasi-infarto, veamos algunas de las barbaridades que están consignadas en esta nota de Francisco Nieto y Carina García en El Universal:


1. "Debe haber una cantidad importante de esos aparatos [GT200] circulando por el país, oficialmente con alguna fuerza (policiaca), y algunos estados también los usan. Pensaría que andaría en cerca de 2 mil aparatos en el país".

Esto supera con mucho mis peores estimaciones. Tengo la esperanza de que Cerda se haya cofundido o haya malinterpretado los datos (NOTA- ver postdata). Después de todo, también dice que la Secretaría de Seguridad Pública los usa y al menos hasta donde sabemos y de acuerdo a una reciente declaración de Gerardo García Luna, no es así.

Pero tomando en cuenta la colección de absurdos que plagan esta historia, lo más probable que mi esperanza sea vana y que en efecto, alrededor de 2000 varitas de zahorí estén siendo usadas para justificar cateos, allanamientos y buscar bombas.

Ah, y perros muertos, claro.


2. "No son caros".

Pagar entre 276 y 581 mil pesos —los precios redondeados más bajos y altos que tengo registrados por unidad— por una empuñadura de plástico hueca con una antena telescópica en un pivote y atreverse a decir que "no son caros", sólo evidencia la absoluta ignorancia de Cerda sobre el tema. O algo peor.


Un pequeño lujo, pero Cerda cree que lo vale



3. "...y técnicamente están respaldados por universidades prestigiosas".

¿De verdad?

¿Y se puede saber cuáles son esas prestigiosas universidades que avalan el funcionamiento del GT200? ¿Hay papers publicados en revistas científicas reconocidas que respalden la palabraría pseudocientífica con la que los engañabobos de Global Technical Ltd. y sus comparsas en México, Segtec S.A. de C.V. han pretendido, qué digo pretendido, ¡han logrado! engañar a los bobos que luego salen a dar la cara por sus fraudulentos productos?

Desde este humilde blog perdido en el ciberespacio exijo al diputado Rogelio Cerda Pérez a que haga pública esa información, si la tiene.

Porque la tiene, ¿verdad? No creo que Cerda se haya sacado de la manga esto o haya hablado por hablar, sin datos firmes, ¿o me equivoco?

Aprovechando, supongamos por un momento que en efecto hay alguna universidad por ahí que, quizá después de una jugosa comisión, ha hecho público su apoyo a Gary Bolton, llamándolo el Einstein del siglo XXI. Podría ser, como no. Cosas semejantes se han logrado y si no me cree, dese una vuelta por La lista de la Vergüenza, para que se haga una idea.

Dicho de otro modo, en cuestiones de ciencia importa poco el argumento de autoridad y en cambio, importan mucho la evidencias.

Es decir, tanto el Sr. Presidente de la Comisión de la Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, como el Gral. Guillermo Galván, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, podrán decir que el GT200 es una maravilla, pero mientras no demuestren fehacientemente lo contrario, y dado que las evidencias, todas ellas, indican que se trata de un fraude, sus dichos tienen el mismo peso que el de cualquiera.

Sí, en ciencia los dichos del Sr. Presidente de la Comisión de la Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, y del mismísimo Secretario de la Defensa Nacional, tiene la misma validez que los de, por decir, algo, éste humilde bloguero. La diferencia son, insisto, las evidencias. En este blog he colectado una buena colección en contra de la efectividad de este juguete. Del otro lado sólo tenemos... palabras.


4. "Cérda Pérez insistió en que el GT200 es confiable para el rastreo de sustancias o armas..."

Y las pruebas que avalan estos dichos son...

Ah sí, sus palabras.


5. "...y que, de existir violaciones a las garantías de cualquier ciudadano al ser registrado con dicho instrumento, el problema sería de la persona que lo opera, no del detector".

Esto es demasiado complejo para mí, así que me voy a permitir poner un simil, a ver si así:

a) Le venden a alguien —digamos a la SEDENA— un automóvil sin motor, sin frenos, sin dirección y en fin, con sólo el chasis montado en las ruedas y que sólo se mueve cuando lo empujan o se coloca en un plano inclinado;

b)
El vendedor, para evitar que su fraude se descubra, hace que el cliente firme un contrato con cláusulas de confidencialidad que le prohíben abrir el cofre o ver debajo del auto;

c)
El vendedor, haciendo gala de palabrería pseudocientífica consigue convencer al comprador que este automovil maravilloso es de tan avanzada tecnología que no necesita una fuente de energía tradicional (combustible);

d) El vendedor de este artefacto, sabiendo perfectamente que se trata de un fraude y que su auto maravilloso no puede rodar a menos que se le empuje o se le coloque en un plano inclinado, se inventa un principio teórico en el que especifica que se le debe utilizar siempre desde la cima de una colina pues se alimenta de la energía eólica que hay en la cima de éstas;

e) El conductor designado, completamente convencido de que está a punto de manejar una maravilla tecnológica y siguiendo las instrucciones del fabricante, coloca el automóvil en la cima de una colina —para que se cargue de energía eólica por supuesto— y se prepara a conducirlo;

f) En su desbocado camino cuesta abajo destruye un par de casas y atropella a uno o dos peatones;

g) La culpa no es de el vehículo fraudulento, sino del conductor por no saber manejarlo.



Creo que ya me quedó claro. Trasladaré el ejemplo al GT200:

a) Le venden a alguien —digamos a la SEDENA— un detector molecular sin circuitos electrónico y sin mecanismos complejos, en fin, sólo una caja de plástico hueca con una antena unida por un pivote y que sólo se mueve cuando la mano de quien lo opera se inclina;

b)
El vendedor, para evitar que su fraude se descubra, hace que el cliente firme un contrato con cláusulas de confidencialidad que le prohíben examinar el aparato;

c)
El vendedor, haciendo gala de palabrería pseudocientífica consigue convencer al comprador que este detector molecular es de tan avanzada tecnología que no necesita una fuente de energía tradicional (baterías);

d) El vendedor de este artefacto, sabiendo perfectamente que se trata de un fraude y que su la antena de su detector molecular no gira a menos que se le sostenga en la mano para que sea ésta la que la haga moverse, se inventa un principio teórico en el que especifica que sólo se le debe utilizar siempre sujetándolo pues se alimenta de la electricidad estática generada por el operador;

e) El operador designado, completamente convencido de que está a punto de manejar una maravilla tecnológica y siguiendo las instrucciones del fabricante, sujeta el detector molecular con la mano —para que se cargue de electricidad estática por supuesto— y se prepara a detectar;

f) En su camino provoca que la antena señale a un par de casas (que son allanadas) y a uno o dos peatones, que son acusados de narcotraficantes;

g) La culpa no es de el aparato fraudulento, sino del operador por no saber manejarlo.

Sí, ya entendí. Gracias, Rogelio Cerda Pérez, por hacerme comprender algo tan sencillo.

Ya me quedó clarísimo que usted y la Comisión de la Defensa Nacional de la Cámara de Diputados a la que usted representa, no tienen ni la más remota idea de lo que están hablando.

A.T.
__

Gracias a un tuit de Raúl Alva, podemos escuchar las burradas de Cerda en viva voz:



Lo único bueno, si cabe tal adjetivo en este caso, es que parece que Cerda nunca dijo que había 2000 aparatos, sino 1000.

No hay comentarios.: