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miércoles, 12 de octubre de 2011

Martín Bonfil Olivera: Política, ciencia y seguridad

Compartí aquí la invitación que se hizo a varios científicos y divulgadores para ir al Senado de la República a hablar sobre el fraude de los detectores moleculares GT200 con miembros de la Comisión de Ciencia y Tecnología. Como saben los sospechosos habituales y los seguidores de Twitter que han sufrido mis cientos de tuis sobre el tema y los miembros del foro en Facebook, dicha reunión se llevó a cabo el 13 de septiembre y a ojos de este humilde bloguero que tuvo la fortuna de ser invitado, fue un éxito.

Ya pondré aquí mi reseña sobre esto, pero mientras, recordemos la que Martín Bonfil escribió en su columna de Milenio. Ya sabe, una versión más amplia la encuentra en su blog.

A.T.


Política, ciencia y seguridad


La ciencia por gustoMartín Bonfil Olivera
2011-09-14 • Tendencias

La política tiene muy mala fama, pero al mismo tiempo es indispensable para que un país pueda funcionar. También la tienen los medios de comunicación, que sin embargo cumplen importantes funciones, entre ellas llamar a cuentas a los responsables de asuntos que perjudiquen a la sociedad.

La ciencia tiene mala fama, igualmente, pero al mismo tiempo es vital para mejorar el nivel de vida de una nación. Hoy tuve el privilegio de asistir a una reunión en el Senado de la República donde se conjugó lo valioso de estas tres actividades.

Fue convocada por el senador Javier Castellón (PRD) a nombre de las comisiones de Ciencia y Tecnología, Derechos Humanos y Defensa Nacional. El tema: el fraudulento detector molecular GT200, usado por las fuerzas armadas en la lucha contra el narco, tema ya comentado en este espacio.

Se invitó a destacados científicos como Luis Mochán, de la UNAM, y Arturo Menchaca, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, entre otros. Se expusieron los antecedentes sobre este aparato, la imposibilidad científica de que pueda funcionar como lo anuncian sus fabricantes, su comprobada inutilidad y alto costo, las advertencias que nuestro país ha recibido sobre los peligros de su uso, y las razones por las que la Comisión Nacional de Derechos Humanos se ha pronunciado en contra de su utilización.

Se hizo especial énfasis en el grave peligro de no detectar armas o explosivos (falso negativo), poniendo en riesgo vidas, y de exponer a ciudadanos al abuso de ser señalados como criminales (falso positivo). Se reveló también que las compañías que venden estos aparatos a las fuerzas armadas ¡incluyen en sus contratos cláusulas que prohíben someterlos a prueba!

Se propuso promover que el Senado, con la colaboración de la comunidad científica, haga una evaluación rigurosa de estos detectores, y ayude a lograr que las fuerzas armadas dejen de ser estafadas por las abusivas empresas que los venden. Una cosa es vender pulseritas mágicas, y otra muy distinta poner en peligro la seguridad nacional. Esperemos que esta naciente colaboración de políticos con científicos —y comunicadores— rinda frutos próximamente.

lacienciaporgusto.blogspot.com

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