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martes, 30 de agosto de 2011

Guillermo Cárdenas: “Fraude” con detector de narcóticos

(Actualizado 1/09/11)

Hace unos días y gracias a los buenos oficios de Luis Mochán, quien como saben los —66— sospechosos habituales es uno de los científicos que más se ha involucrado en el intento colectivo para exponer el fraude del detector molecular GT200 y similares, se puso en contacto con su servidor Guillermo Cárdenas Guzmán, reportero de temas científicos y coordinador de la página semanal ConCiencia en El Universal, pues tenía pensado dedicar un artículo sobre el tema.

Visto el fiasco previo con Andrés Becerril en Excélsior, me mostré un tanto escéptico al respecto, pero no por ello le negué la información, que, cabe aclarar, no es que la necesitara pues salvo un par de detalles que le sugerí que mencionara, la verdad es que poco aporté en este caso. Ya Mochán y la propia investigación de Cárdenas habían cubierto todas las bases, como quien dice.

Como dije, no esperaba gran cosa y cuando me encontré en la mañana en El Universal con un refrito de un artículo publicado hace poco más de un año en donde sólo daban voz a la gente de Segtec S.A. de C.V. —los distribuidores— y la Sedenafelices usuarios—, temí lo peor. Pero por suerte me equivoqué, ya que más tarde me encotré con una pequeña avalancha de tuits que avisaban que sí se había publicado la nota esperada, y pude constatar que, a diferencia de la mayoría de sus colegas, Cárdenas sí escribió lo que es el GT200: un fraude descarado.

Como detalle curioso debo mencionar que al igual que Martín Bonfil Olivera en su primera crítica a estos artefactos en Milenio, Cárdenas me puso el título de biólogo, cosa que no soy.

Sin más, para el registro, he aquí su texto.

A.T.

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“Fraude” con detector de narcóticos
Lunes 29 de agosto de 2011
Guillermo Cárdenas Guzmán | El Universal
guicardenas@hotmail.com

Agosto 10, 2010. Una Chevrolet Suburban rotulada como ambulancia es inspeccionada por elementos de la 21a Zona Militar en Ario de Rosales, Michoacán. Encuentran un rifle AK-47, una pistola 9 mm y 500 gramos de metanfetaminas. Revisan los alrededores y hallan otra camioneta Silverado con más armas.

Los soldados dicen que esto se logró con apoyo del detector molecular GT 200. Los fabricantes presumen que el aparato permite la detección remota de explosivos, drogas o armas a través de campos magnéticos. Pero las leyes de la física indican lo contrario: no sirve.

Físicos de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) confirman que el aparato de 27 x 7.5 x 4.5 cm usado por las Secretarías de Defensa, Marina y muchas otras instituciones en la lucha contra la delincuencia carece de eficacia.

“El aparato no tiene nada: es un mango de plástico con una antenita que rota alrededor de un pivote y una cajita donde se pone una especie de tarjetas de crédito”, afirma Luis Mochán Backal, del Instituto de Ciencias Físicas de la UNAM.

Los costos

El costo de cada detector va de 20 a 30 mil dólares, según las respuestas obtenidas por ciudadanos a través del Instituto Federal de Acceso a la Información, disponibles en su portal web. El biólogo y escéptico Andrés Tonini, uno de los solicitantes, consigna en su blog que el mayor comprador es la Sedena, con 742 de los 940 artefactos contabilizados hasta este año. La dependencia erogó más de 272 millones de pesos. Tonini alerta que en México se compra y usa también un detector similar: ADE651, fabricado por ATSC.

Mochán sabe de la existencia de estos equipos desde los años 90, pues en los congresos de física se han analizado. En el país se tienen al menos desde 2007. Los gobiernos de varios países también han puesto en duda su utilidad. El de Inglaterra prohibió en 2010 la exportación del mencionado ADE651 a Irak y Afganistán para evitar que sus soldados se expusieran al peligro de detonación de explosivos no registrados.

En una nota de la BBC (http://news.bbc.co.uk/2/hi/programmes/newsnight/8481774.stm) la oficina inglesa de Asuntos Exteriores señaló que tras la prohibición alertaría urgentemente a los gobiernos de otras naciones que pudieran haber adquirido dispositivos como el ADE651 y el GT200, que son “completamente inefectivos para detectar bombas y explosivos”.

Extenso uso

Otros países donde se emplea el GT 200 son Kenya, Líbano, Jordania, China y Tailandia, según la BBC. En este último las autoridades atribuyen a la ineficacia del aparato las muertes de varias personas debido a explosivos. Luis Mochán revisó la ficha técnica del mismo y vio “gran número de errores conceptuales y frases sin significado con lenguaje científico fuera de contexto”.

También halló que “las frases con significado son falsas y describen la operación de un equipo no compatible con el saber científico actual”. El portal de la empresa Global Technical LTD , fabricante del GT200, dice que funciona con energía electrostática del cuerpo y que podría detectar milésimas de millonésimas de gramos de materiales hasta 5 mil metros de distancia (en el aire).

Mochán aclara: el cuerpo no genera electricidad estática (es conductor); aun si su movimiento pudiera cambiar la distribución de energía electrostática a su alrededor, ésta sería insuficiente para operar el equipo. Y rechaza la detección remota: un kilo del mejor imán produciría a 10 metros de distancia un campo magnético miles de veces menor que el de la Tierra.

Los riesgos

Además de ser una fraude a las instituciones que lo compraron, el GT200 pone en peligro a los militares y policías mexicanos y a los ciudadanos que son incriminados con base en la lectura del equipo. Ante ello, la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió la Recomendación General No 19 sobre la Práctica de Cateos Ilegales, publicada el pasado 18 de agosto en el Diario Oficial de la Federación.

En una parte del documento (Apartado III, inciso D) la CNDH considera que utilizar el aparato, independientemente de que sea efectivo o no, vulnera el derecho a la inviolabilidad del domicilio. También indica que el uso del ADE651 ha hecho que el gobierno inglés prohiba su exportación a Irak y Afganistán.

EL UNIVERSAL solicitó información a la compañía Global Technical LTD, pero no obtuvo réplica. En tanto, el pasado 4 de abril, a través de una carta firmada por su presidente, Arturo Menchaca, la AMC ofreció al secretario de la Defensa Guillermo Galván Galván, probar la eficacia del GT200; no obtuvo respuesta afirmativa, según confirmó el investigador.

Mochán, experto en electromagenetismo y óptica de superficies, dice estar convencido de que el aparato es una estafa pseudocientífica. Pero para darle formalidad a su denuncia, busca probarlo con un protocolo riguroso donde participen operadores “certificados” del GT200, pues él no tiene acceso a drogas, armas ni está dispuesto a pagar los 30 mil dólares que cuesta.

“Estoy seguro de que no funciona, pero así como no se necesita un conocimiento científico profundo o en electrónica para demostrar si un teléfono celular sirve o no —simplemente se pone a prueba— en lugar de tener una discusión eterna sobre el GT 200, lo ideal es hacerle una Enlaceevaluación. Si falla, hay que demandar al vendedor, porque dieron gato por liebre”.




Además, complementaron el texto con esta bonita infografía animada, que le recomiendo visite en su sitio original:




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P.D. 1 de septiembre de 2011. No conformes con haber reeditado la nota de Doris Gomora donde los trácalas de Segtec S.A. de C.V. tuvieron un escaparate ideal, poco después y para escándalo de más de uno, El Universal sacó este video en donde si bien toma los datos e imágenes del reportaje y la infografía de arriba, lo hace de tal modo que el efecto final es que el aparatejo sí funciona.

Dígame si no:



No sé que sea peor, que hayan hecho este montaje así por ignorantes o que lo hayn hecho con toda la maña del mundo.

viernes, 12 de agosto de 2011

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos sobre el GT200

Ayer compartí en Twitter una nota en donde se menciona una recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) relativa a los cateos ilegales y ciertas prácticas de ellos derivados —ya sabe, golpes, amenazas, robos, siembra de evidencia y cosillas del estilo— que llevan a cabo con regularidad nuestras honorables fuerzas armadas y policiales. Lo notable en este caso es que por primera vez, aunque brevemente, se hace referencia al detector molecular GT200.

Hoy me encontré con que la Recomendación General No. 19 sobre la práctica de cateos ilegales de la CNDH ya se publicó en el Diario Oficial de la Federación, de donde copio el siguiente punto. Las cursivas son mías:


D. Uso del detector molecular GT200

Esta Comisión Nacional ha constatado que en numerosas ocasiones el personal de las fuerzas armadas utiliza el detector molecular GT200 como un medio que coadyuva a sus investigaciones y operativos en la lucha contra la delincuencia organizada. Este instrumento es un medio de detección de drogas, armas y explosivos, entre otros, que funciona con la electricidad estática creada por el cuerpo humano. La utilización de un instrumento similar de detección de bombas y explosivos, el ADE651, ha provocado pronunciamientos del Gobierno de la Gran Bretaña quien ha prohibido la exportación de este instrumento a Irak y Afganistán, con el objeto de proteger a sus soldados, dado que han sido probados como instrumentos poco eficaces.

Resulta preocupante que a partir de los resultados de este instrumento, los servidores públicos de las fuerzas armadas incursionen arbitrariamente en los domicilios de las personas sin mandamiento de autoridad judicial, justificando su actuación en la flagrancia. Es de la opinión de esta Comisión que el solo hecho de que sea utilizado, independientemente de su efectividad o no, vulnera el derecho a la inviolabilidad del domicilio.

Como ya se mencionó, el derecho a la inviolabilidad del domicilio no sólo comprende el espacio físico donde las personas desarrollan su vida privada, sino que su espectro de protección es más amplio: salvaguarda la intimidad o vida privada de los gobernados de toda intromisión o molestia que, por cualquier medio, alguna autoridad pueda llevar a cabo en ese ámbito reservado de la vida, incluidas las que puedan realizarse sin penetración directa, por aparatos mecánicos, electrónicos u análogos.

Esta situación y el avance constante de las tecnologías nos plantean el problema de si los avances técnicos pueden escapar a la Norma Constitucional que protege la inviolabilidad del domicilio o, si al penetrar una esfera de intimidad, deben sujetarse al mandato constitucional que establece la exigencia de que haya orden judicial de por medio, solicitada por la autoridad ministerial.

El derecho a la inviolabilidad del domicilio, previsto en el artículo 16 constitucional, dibuja una línea firme y clara respecto a la injerencia de éste. En el marco de respeto al sistema de derechos humanos, esto implica evaluar cada una de las actuaciones de los servidores públicos para saber si respetan las previsiones constitucionales mínimas.

En ese sentido, esta Comisión observa que la violación a este derecho puede ocurrir no sólo en los casos en que un servidor público allana se introduce- físicamente en un domicilio sin mediar orden de cateo, sino que puede considerarse también una violación la sola utilización de medios electrónicos o métodos de vigilancia que invaden la esfera privada, incluido el domicilio de las personas.

Por esa razón, al ser el GT200 un instrumento que se utiliza para explorar los detalles, los objetos dentro de los domicilios de las personas que de otra forma no hubieran podido conocerse, incide en la intimidad de las personas, tutelada por la inviolabilidad del domicilio y, por tanto, requiere la existencia de una orden de cateo para utilizarse legítimamente. Esto implica que aunque no exista en nuestros ordenamientos secundarios una disposición específica que indique la obligatoriedad de una orden con todos los requisitos contenidos en el artículo 16 constitucional para utilizar estos métodos de vigilancia y medios de investigación, la misma debe solicitarse.

Por estas razones, las intromisiones en domicilios a partir de los resultados del GT200, así como la incautación de bienes y detención de personas que se realicen con base en esa actuación, deben considerarse injerencias ilegales y no pueden justificar la flagrancia, situación que deben atender tanto las autoridades ministeriales como los jueces. Por ello, se recomienda a las autoridades de las fuerzas armadas evitar el uso de este instrumento y similares y a las ministeriales solicitar una orden de cateo, previamente a su utilización.


Excelente como es saber que a la CNDH le preocupa la violación de las garantías individuales por el uso del GT200 y el ADE651 —que mire usted, también se vende y se usa en Méxicocomo justificación para hacer allanamientos, y pide que se le deje de utilizar a menos que se cuente con una orden de cateo previa, lo cual lo haría, para fines prácticos, innecesario su empleo, no deja de ser preocupante que no se mencione en ningún lado que estos aparatos son un fraude y que sus supuestos principios de funcionamiento son absurdos pseudocientíficos, por ejemplo.

Antes al contrario, leer que repiten la falacia de que el GT200 funciona con la electricidad estática creada por el cuerpo humano o que estos aparatos son poco eficaces, me inquieta un poco. Podría aclararle a Raúl Plascencia Villanueva, el presidente de la CNDH y firmante de la recomendación citada, que el GT200 —y para el caso, cualquier varita de zahorí disfrazada de aparato de alta tecnología o no— no son poco eficaces sino total y completamente inútiles: cuando han sido probadas en las condiciones adecuadas —doble ciego con análisis estadístico de sus aciertos y errores— se ha demostrado una y otra vez que sus resultados no son mejores que el azar, lo cual no es sorprendente cuando se toma en cuenta que su aparente funcionamiento se debe en realidad al efecto ideomotor. Por no mencionar lo que —no— tienen en su interior, claro.

Quizá también le interese saber que así como con el ADE651 —que insisto, se usa en México—, la exportación del GT200 a Irak y Afganistán ha sido prohibida. Y no sólo eso: las instalaciones de Global Technical Ltd., fabricantes del GT200 fueron allanadas por la policía londinense en junio del año pasado. Si no ha pasado más es quizá porque el gobierno británico no sabe donde esconder la cabeza.

No sé, tal vez la gente de la CNDH no se quiso complicar las cosas, porque me consta que al menos en dos ocasiones este humilde blog perdido en el ciberespacio fue visitado desde sus servidores, quizá buscando información para armar esta recomendación. Si así fue, supongo que no buscaron muy bien que digamos.

A.T.

martes, 9 de agosto de 2011

Ricardo Sheffield quiere un detector molecular

Los sospechosos habituales recordarán que el gobierno del estado de Guanajuato ha comprado al menos cinco varitas mágicas para la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. Ahora, gracias a este boletín del gobierno de León, me entero que Ricardo Sheffield, presidente municipal de la ciudad, quiere su propio "detector molecular", que es como suelen llamarle a estas glorificadas varitas de zahorí, para la policía local. Vea a Sheffield haciendo gala de su ignorancia, repitiendo cual perico algunas de las fantásticas afirmaciones de los embusteros que venden el GT200:




"Queremos comprar un detector molecular que hasta ahora hemos estado utilizando los del Ejército con apoyo de ellos y, el de el Gobierno de Estado, el de la Secretaría de Seguridad.

Pero queremos, por el tamaño de la ciudad, tener nuestro propio equipo detector molecular con el personal capacitado, porque debe de adquirirse el equipo junto con la capacitación especializada que lleva, este aparato nos ha permitido en muchas ocasiones resolver problemas de seguridad, porque detecta explosivos y drogas a distancia sin necesidad de hacer una visita física en un domicilio".



Si usted sabe cómo o tiene los medios de comunicarse con él, adviértale —si gusta claro, que tampoco es a fuerzas— que aún está a tiempo de evitar tirar los fondos de la ciudad en cajitas de plástico huecas con las que, además de evidenciar su analfabetismo científico, pondrá en riesgo la vida y las garantías individuales de los Leoneses cuando se busquen explosivos y se justifiquen allanamientos con este artilugio inútil que lo único que hace es girar su antena en la dirección en la que mueva la mano quien lo empuña, esté consciente o no de tal movimiento.

Personalmente estoy seguro de que tal advertencia —de haberla— serviría para nada. Algo debe tener el agua de Guanajuato pues por alguna razón parece haberlos impermeabilizados al raciocinio. Tan es así que que la Secretaria de Seguridad Pública estatal ya hasta desbandó su equipo de perros detectores para sólo utilizar sus GT200 en la búsqueda de drogas y explosivos, con lo cual este estado se ha convertido, al menos hasta ahora, en el que ha cometido la burrada más grande relacionada con estos aparatejos. Recuerde usted que los estafadores que venden estos juguetes, conscientes de su incapacidad real de detección, indican que el GT200 y similares deben ser siempre una herramienta de primera aproximación, para después buscar con métodos tradicionales. Como los perros, por ejemplo.

Creo pues, que desde ya podemos añadir a León como una más de las víctimas del GT200 en México.

¿O cree usted que Ricardo Sheffield nos sorprenda?

A.T.