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miércoles, 25 de enero de 2012

Insiste el Ejército en hacer el ridículo: el GT200 funciona

Ya la había compartido por Twitter, pero creo que vale la pena poner aquí la respuesta —no oficial— de los militares al artículo que la revista Proceso dedicó hace unos días al fraude de los detectores moleculares GT200 y ADE651. Respuesta que, junto con lo que dijo el presidente de la Comisión de la Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, Rogelio Cerda Pérez, después de entrevistarse con el Gral. Guillermo Galván en octubre de 2011, los pinta de cuerpo entero.

Inteligencia Militar en su máxima expresión, pues.

A.T.

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Los detectores son sólo una herramienta de trabajo, aclara Ejército
Sandra Rodríguez Nieto
El Diario


Personal de la guarnición militar explicó que los detectores moleculares denominados GT200, usados aquí durante la Operación Conjunta Chihuahua, son sólo un “instrumento” que ayuda a las fuerzas armadas a ubicar metales y sustancias, mas no una prueba definitiva sobre la ilegalidad de las mismas.

“Lo que pasa es que es un complemento en el trabajo, no quiere decir que cuando se detecta algo se dice ‘llévatelo’. Es sólo una herramienta”, dijo un elemento de las Fuerzas Armadas que también confirmó que tales detectores fueron intensamente utilizados en esta frontera desde 2008, en la Operación Conjunta Chihuahua.

El oficial castrense –que dio su opinión con la condición del anonimato– fue entrevistado luego de que la revista mexicana Proceso difundiera un artículo en el que se insiste en el carácter “fraudulento” de dichos artefactos adquiridos por la Secretaría de la Defensa Nacional durante la presente administración federal.

En su edición de ayer, dicha publicación de circulación nacional cita a Luis Mochán Backal, investigador de la Academia Mexicana de la Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, diciendo que, después de realizar diversos experimentos, comprobó la ineficacia de los aparatos.

“La teoría de funcionamiento del aparato que la Sedena manifiesta (…) es falsa. Por ejemplo, afirma que esto es capaz de detectar hasta un nanogramo –la milésima de millonésima de gramo– de una lista enorme de sustancias porque es programable gracias a unas tarjetas intercambiables, una para cada sustancia a detectar a una distancia de 5 kilómetros en aire”, dice Backal en el artículo de Proceso.

“Lo que hice fue calcular el campo magnético generado por un kilogramo de un material ferromagnético a 10 metros y encontré que es miles de veces más pequeño que el campo magnético de la Tierra. Por lo tanto, detectar un kilogramo del imán más poderoso que se le pueda ocurrir sería muy difícil a 10 metros, cuando el detector molecular pretende detectar nanogramos a miles de metros. La señal sería como 10 a la 20 veces (1 seguido de 20 ceros) menor que lo que produciría el material ferromagnético a 10 metros. No detecta nada”, agrega el texto.

La revista también menciona cómo, pese a que en Inglaterra –país que empezó a producir los aparatos- se hizo una investigación periodística que denunció la inutilidad tales instrumentos, el gobierno del presidente Felipe Calderón adquirió, dice Proceso, casi dos mil de esos instrumentos.

La fuente de la guarnición militar de Juárez, sin embargo, insistió en que los detectores son “como los rayos gama”, que sirven para detectar la presencia de sustancias o elementos sospechosos para indicar al personal castrense la necesidad de una revisión más profunda, mas no una prueba irrefutable de que lo detectado sea ilegal.

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