Sabido es por los
sospechosos habituales que el
oficialísimo Jaime Parejo, el creador de un sistema para adiestrar perros de búsqueda denominado "
método Arcón", no es precisamente la persona que más admiro. De hecho, es todo lo contrario: una de las que más desprecio.
Mis seguidores en
Twitter estarán al tanto de que con regularidad menciono al sujeto ya que
comparto con ellos algunas de las características mamadas que él o sus acéfalos discípulos —los
arconitas—
gustan de regalarnos a cada rato,
así como otras noticias no tan divertidas. Como sea,
en agosto del año pasado descubrí que Parejo se había hecho su propia cuenta en Twitter (
@MetodoArcon) y como no podía ser de otra manera, empezó a mandar enlaces a la propaganda de siempre,
al principio de manera bastante burda —
no tanto como este otro, lo que sea de cada quien—, pero poco después refinó su estilo y en lugar de mandar enlace arconita tras enlace,
empezó a "disfrazarlos" entre varios otros tuits, sobre todo con enlaces a artículos de divulgación científica —y
otros no tanto— tomados de diversas fuentes. Sospecho, aunque no tengo manera de asegurarlo, que
arregló su cuenta para que sirviera como un bot para hacer retuiteos automáticos de otras.
Otra de las cosas que hizo casi de inmediato fue, estoy casi seguro, bloquearme para que así no tuviera que leer mis tuits que lo mencionaban. Por supuesto que esto no se lo critíco, muy su derecho de leer o no a quien quiera. Pero lo hago notar por lo que veremos más abajo.
Así la llevaba el sujeto, con sus retuiteos automáticos y su propaganda por ahí colada, cuando, hace unos días, empezó con un comportamiento atípico. Se puso a dar
retuiteos masivos a personas relacionadas con el
Partido Popular de España y a
demostrar su apoyo y
admiración a tan ilustres personajes, sin duda alguna debido a su certeza de que dicho partido iba a ganar las elecciones en
Andalucía y él, de acuerdo a su costumbre —como veremos un poco más en detalle en una próxima entrada—,
empezó a lamerles las pelotas y
tratar de marearlos con su labia. Lo típico del sujeto, pues.
Lo malo fue que el PP no ganó, lo cual entristeció mucho al
oficialísimo. Por supuesto que me vi en la obligación moral de compartir su decepción
no sólo en Twitter sino
también en Facebook, gracias a lo cual, aunque no pude hacer la captura de pantalla directa de su cuenta, pude obtener esta otra:
Poco después, para ver si había algo más de lo que pitorrearse, quise entrar a su cuenta y no pude. Asumí que la había cerrado y así lo comenté:
Pero me retracté, cuando pude verla de nuevo:
Y entonces, el milagro: el
oficialísimo, el
creador, se dirigió a este humilde bloguero. Cosa extraordinaria entre otras cosas si recordamos que hasta donde sé, me tenía bloqueado. Supongo que al momento de cerrar y reabrir su cuenta —o lo que haya hecho— dicho bloqueo desapareció, ocasionando que los tres tuits de arriba, le brincaron en la cara, por así decirlo.
He aquí lo que pasó entonces. Para su comodidad he colocado los tuits de nuestra breve conversación en el orden que se debe. A la derecha, los del creador y a la izquierda los míos. En medio están los comentarios que
compartí con los pocos desvelados que pudieron haber seguido este intercambio. He colocado también algunos de los enlaces mencionados en ellos.
Disfrute.
Enlace mencionado2
Enlace mencionado3
Enlaces mencionados
Como puede ver, nada nuevo bajo el sol. Parejo intenta convencerme con labia —la poca que le permiten los 140 caracteres de Twitter—; trata de meterme en apuros comprometiéndome a participar en un simulacro arconita, sabiendo perfectamente que yo no tengo las herramientas para organizar o evaluar algo semejante —y como si él no tuviera manera de comunicarse de manera directa
con quienes sí podrían organizar tal cosa—; cuando ve que no caigo, intenta apelar al principio de autoridad y al
argumento ad populum; como tampoco pega, se retira, muy digno él, eso sí, dejando en el aire una oscura "invitación" como las que siempre hace y nunca, y quiero ser enfático en esto,
nunca se concretan.
No es que me sorprenda,
que ya sé bien de qué va el asunto arconita.
Lo suyo no es demostrar en el terreno, con los perros —
Éngels Cortés dixit— que el método Arcón es
la maravilla que presume. No, lo suyo es la
palabrería pseudocientífica,
las mentiras,
las exageraciones y el
rollo apantallapendejos para venderle su método a grupos que poco o nada saben de perros de búsqueda —como los
bomberos del Distrito Federal, por ejemplo—, las maniobras políticas y la lambisconería a funcionarios para tratar de hacer del método Arcón, la única opción de adiestramiento canino en los lugares a donde llega.
Si a alguien no
le importan las vidas humanas que puedan perderse en un desastre, es a Parejo. Sólo así se comprende que
en lugar de buscar lo que todo el mundo cuando se habla de perros de búsqueda —resultados efectivos en el terreno—, le
importe más que su particular sistema de adiestramiento sea el oficial, dejando así de lado a binomios que pueden ser tan o más —
le apuesto sin dudar al más— efectivos que los suyos.
Por eso y por lo que ya he comentado antes:
¡Me cago en tu hipocresía, Jaime Parejo!
A.T.