Usted, angustiado porque nadie hace nada, se sobrepone a la impresión y valientemente decide actuar, así que:
1. Toma su chamarra y amablemente se la pone de almohada. Ya se sabe que el suelo es muy incómodo.
2. Con su mano, una libreta o un periódico doblado, procede a abanicarle el rostro para "darle aire". Es de todos sabido que eso siempre funciona.
3. Al ver que la persona, a pesar de sus cuidados y buenas intenciones no se recupera sino que ya puso los ojitos en blanco, con decisión y firmeza le grita a los otros espectadores:
"¡Que alguien llame a un cura!"
4. Y después, mientras llega el susodicho, se le ocurre que también podría pedir ayuda a alguien más y entonces, le grita de nuevo a los mirones:
"¡Y también que le hablen a la Cruz Roja!"
Por supuesto que para cuando llega la ambulancia —que aunque tarde siempre llega—, a pesar de todos sus juguetes de alta tecnología como desfibriladores, ventiladores, tanques de oxígeno y demás, no hay más que hacer salvo llamar a las autoridades correspondientes para que se lleven el cadaver.
Y pensar que esa persona pudo haber sobrevivido si usted supiera reanimación cardiopulmonar... Aunque sea en su modalidad de "RCP sólo con manos":
El video y más información están disponibles en el sitio de RCP.org.mx, una iniciativa para promover el aprendizaje de esta forma de RCP enfocada al público general, es decir, a quienes no tienen nada que ver con el ambiente médico o paramédico. Aunque no tan efectivo como el método tradicional que combina las compresione en el pecho con ventilaciones boca a boca, la "RCP sólo con manos" tiene la ventaja de que al obviar este paso, se elimina el pretexto principal para no brindar esta atención:
"Es que quién sabe si esté enfermo y si le doy boca a boca me vaya a pegar algo".
Ahora sí, ya no hay pretextos.
A.T.