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jueves, 7 de julio de 2005

Los servicios de atención prehospitalaria en México D.F. o NO pidas una ambulancia



Hasta hace unas semanas, participaba en este foro de discusión. Decidí salirme por cuestiones que no voy a comentar ahora.

En este post voy a recuperar uno de los mensajes que mandé, aunque un poco más desarrollado. Creo que lo encontrarán interesante, sobre todo si el ocasional lector de este blog no tiene mayor relación con los servicios de urgencia que hacerse a un lado en su auto para dejar pasar a la ambulancia:

Todos recordamos aquel programa de televisión de finales de los años 80 o principios de los 90, “Rescue 911” (o “Rescate 911” como se le conoció en México), conducido por un William Shatner algo panzoncito.

La serie recreaba las hazañas de los servidores públicos de los EEUU que trabajaban en los cuerpos de bomberos, ambulancia, policía y rescate. Tuvo mucho éxito, y aquí en México generó una confusión que persiste hasta nuestros días: el 911.

Mucha gente (incluyendo a muchos compañeros paramédicos) piensa que el “911” es una institución o agencia que agrupa a bomberos, policías y paramédicos. Pero no. No está de más aclarar que el 911 es sólo un número telefónico que, dependiendo en qué parte de los EEUU te encuentres, enlaza de una u otra forma al ciudadano con los servicios de emergencia de aquel país. Incluso hay lugares en los que no existe dicho servicio telefónico.

Todo esto sirve de preámbulo para lo siguiente:

Hace unos cuantos años se intentó crear un número único para la recepción de llamadas, para que el ciudadano no tuviera que marcar un número telefónico específico para la policía, las ambulancias o los bomberos, a semejanza del 911 de los EEUU: el 080. Lo malo fue que se descubrió que había desvío de recursos y corrupción, por lo cual se canceló el servicio. De cualquier manera, nunca funcionó como se esperaba. El servicio era muy variable... recuerdo haber escuchado la conversación de un compañero que trabajaba ahí y se jactaba de que cuando había un “servicio bueno” les avisaba por teléfono celular a sus amigos, sin que le importara que estos estuvieran mucho más lejos que otros grupos de auxilio. Por cierto, por “bueno” se refería a trauma: volcaduras, choques y cosas del estilo.

En la actualidad, no existe un número único de llamada. Si necesitas a los bomberos, tienes que marcarles a ellos, si quieres a la policía, también, pero lo más triste es que si necesitas una ambulancia, tienes que llamar directamente al proveedor del servicio. Es decir, si quieres una ambulancia de la Cruz Roja, les marcas a ellos, si prefieres una del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas de la Policía, pues les marcas a ellos, etc.

La CRM tiene su propio número de emergencia, el 065 que no hace mucho tomó carácter nacional. Esto, desde mi punto de vista es un gran paso -hacia atrás- en la creación de un verdadero Sistema de Urgencias. Recuerdo una anécdota de un amigo quien me comento que en una ocasión en que necesitó una ambulancia y marcó al número de la CRM, le respondieron que de momento todas estaban ocupadas, que mejor llamara al ERUM. Cuando les pidió que lo comunicaran con ellos, le respondieron que buscara el número en la guía telefónica.

Las personas que atienden las llamadas en la CRM son paramédicos (O eran. Información reciente indica que ya no es así), usualmente remunerados, quienes han tomado -me parece- un curso de especialización. En otras partes no sé cómo funcione el sistema.

La Cruz Roja Mexicana, junto con el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas de la Policía de la Ciudad son los principales proveedores. Si bien se supone que la CRM está constituida por voluntarios, la verdad es que entre semana la mayor parte de las tripulaciones se conforma por personal remunerado y los voluntarios cubren servicio principalmente los fines de semana.

La atención de urgencia pre-hospitalaria es, en general, muy deficiente.

La CRM cuenta con paramédicos con tres niveles de capacitación, semejantes en muchos aspectos a los niveles norteamericanos, aunque también llegan a cubrir servicio médicos y enfermeras, pero creo que sólo cuando están capacitados como paramédicos. Antiguamente –y todavía en algunas partes del país que por alguna razón no pueden abordar el sistema de paramédicos- existían los socorristas, con una preparación que abarcaba varios campos pero que en el aspecto médico, se limitaban a prestar en el mejor de los casos primeros auxilios muy elementales.

En el ERUM se supone que debe haber un médico en cada ambulancia, pero muchas veces no es así y se deja la atención en manos de paramédicos, enfermeros e incluso socorristas. Este personal es remunerado, aunque también hay voluntarios, quienes cubren generalmente los fines de semana. El caso de los voluntarios del ERUM es muy interesante, pues las tripulaciones tienen que adquirir por sí mismos todo el equipo para trabajar, y hasta hace poco tenían que rentar las ambulancias para poder cubrir servicio.

De una u otra forma, se supone que el ERUM se coordina –por así decirlo- con varios grupos menores de voluntarios en la Ciudad, de los cuales no existe un verdadero registro. Sin embargo, esta “coordinación” es necesaria puesto que para una ciudad del tamaño de ésta la cantidad de ambulancias del ERUM –que son las únicas oficiales del Gobierno- son definitivamente insuficientes, incluso contando con aquellas que pudiera aportar de manera rutinaria la CRM. También es muy común el uso del explorador de frecuencias o escáner, por parte de gran parte de estos grupos pequeños, aunque también he sabido de compañeros de la CRM o el ERUM que los usan.

Hablando de coordinación, debo mencionar la competencia inútil que existe entre varios de los grupos de auxilio, promovida en gran parte por el sentimiento de muchos compañeros de la CRM en el sentido de que, por haber sido históricamente la primera institución que se dedicó a estos asuntos, sólo la CRM tiene el derecho de prestar este servicio. Aunque afortunadamente esta percepción se va perdiendo y poco a poco la interacción entre varios grupos se va haciendo una realidad. No era raro hasta hace unos años que los compañeros se agredieran llegando a veces a los golpes con tal de “ganarse” al paciente. Sin embargo, esta situación continúa en muchos aspectos y no es raro ver que en un accidente con víctimas múltiples se prefiera subir a varios pacientes en una sola ambulancia antes que permitir que otro grupo comparta la responsabilidad y se mejore la atención médica.

Por otra parte, la capacitación del personal es un asunto bastante caótico. No existen el país casi ningún lugar dónde estudiar para ser paramédico de manera formal, por así decirlo. En tiempos recientes algunas universidades están iniciando esta carrera, con algunas variantes de lo más interesantes. Sin embargo, tradicionalmente ha sido la CRM quien inicialmente con su programa de socorristas y en la actualidad con el de paramédicos (o Técnicos en Urgencias Médicas) ha capacitado de una u otra forma a gran parte de los prestadores del servicio.

Esto ha provocado algunos problemas, como son que haya personas que todavía añoren los tiempos en que la CRM exclusivamente capacitaba a personal de CRM y para la CRM, tildando hasta de traidores a quienes por alguna razón decidieron prestar servicio en otros grupos. Quizá si hubiera algunas otras opciones formales de capacitación, sería válido este concepto, pero ante la carencia ya mencionada, no lo creo.

Por esta misma carencia de oferta educativa, los grupos pequeños de servicio voluntario o son conformados por personal egresado de la CRM o bien establecen por sí mismos sus criterios de capacitación, lo cual obviamente crea grandes problemas: se pueden encontrar grupos con un gran nivel que desde el nivel básico de paramédicos ya manejan la desfibrilación y lectura de electrocardiogramas, hasta aquellos que sólo te piden que pases una guardia con ellos, para ver si tienes “lo necesario para el negocio” y después ir aprendiendo con la práctica.

En cuanto a qué le está permitido hacer a los paramédicos, como indiqué más arriba con la capacitación, es muy variable. Ante la ausencia de una legislación adecuada, casi me atrevería a decir que hay carta blanca... Para fines prácticos cada grupo puede establecer lo que puede o no hacer, y en muchos casos, los mismos miembros de estos grupos se saltan sus propias reglas y realizan procedimientos que no les están permitidos.

Por ejemplo, hablando del nivel básico, casi en todos los grupos se pueden colocar líneas intravenosas, pero no intubar –pero muchas veces lo hacen-; se supone que no se pueden administrar medicamentos, pero hay quien lo hace; y así con casi todo.

Por otra parte y contradictoriamente, la mayor parte de las veces ni siquiera podemos realizar los procedimientos que sí tenemos autorizados por carecer del material y equipo mínimo indispensable. En la actualidad, si quieres prestar un servicio medianamente digno tienes prácticamente que comprar el equipo de tu ambulancia. Y cuando hablo de equipo no me refiero a aparatos digamos “de alta tecnología” como un DEA o un oxímetro de pulso. Hablo de cánulas orofaríngeas, de BVM (o “ambú”), de férulas y cosillas del estilo. Como podrán imaginar la mayor parte del tiempo no es así; el personal remunerado no está dispuesto –y con mucha razón- a gastar su raquítico salario en comprar el material que se supone deberían darle para trabajar, y la gran mayoría de los voluntario carecemos de los recursos para ello. Por lo tanto nuestra labor se reduce muchas veces simplemente a la de ser meros taxis con camillas y lucecitas.

Un punto aparte es la coordinación –por llamarle de algún modo- entre los hospitales y las ambulancias. Aquí es muy común el llamado “carrusel de la muerte”, que consiste en pasear a tu paciente de un hospital a otro hasta que alguno pueda admitirlo. Esto es mucho más común con los grupos pequeños, por cierto...Y no lo admiten no como muchos piensan por no querer, sino simplemente porque no tienen con qué atenderlo. Recuerdo por ejemplo una ocasión en que entrando nuestra ambulancia salió el médico y nos interceptó diciendo que no podía recibir a la paciente pues no contaba con rayos X, pero que si nosotros le llevábamos las placas, con todo gusto.

Creo, en definitiva, que nosotros no tenemos en la Ciudad de México un Servicio de Urgencias pre-hospitalarias, sino simplemente un costal lleno de buenos deseos y muchos golpes de pecho.

Todas estas fallas provocan que la solicitud de una ambulancia sea un verdadero albur: no sabes qué grupo y quiénes van a llegar, qué capacitación tendrán, ni con qué equipo contarán, ni en cuánto tiempo llegarán. Y para acabarla, no sabes si al hospital a donde te van a llevar te aceptarán o tendrán con qué atenderte.

En vista de todo esto, sólo puedo recomendarle al ocasional lector de este blog, que mientras no cambien las cosas (y no lo harán próximamente, créeme), si sufres un accidente o enfermedad súbita, NO pidas una ambulancia. Si te puedes mover, vete en taxi al hospital.


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Actualización 14 de mayo 2006.

He subido algunos videos a Youtube, para que quede más claro el asunto. Se trata de ediciones del programa "Policías" que pasaba por Televisa hace algunos años.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que tal!, se me hizo interesante tu comentario, aunque para mi desde un punto de vista profesional lo de trasladarse en caso de una enfermedad o accidente súbitos se debe hacer por su cuenta, (del paciente o familiares depende el caso) se me hace una total aberracion por que? porque en el caso de los accidentes que de alguna manera son derivados de casos de trauma, tu debes saber que el movilizar a una persona sin las medidas adecuadas puede perjudicarle demasiado, al grado de si bien le va dejarlo con secuelas psicomotrices, en el peor de los casos la muerte seria el resultado. digno de analizar, aunque si es cierto la carencia de unidades con personal capacitado y equipo necesario en Mexico es una realidad, creo que mejor se deberia dar una debida informacion a la poblacion en cuanto a saber dentro de su comunidad o entorno que tipos de servicios en este sentido tiene, cuales sus telefonos o medios de comunicacion y recursos reales, esto para que de alguna manera la poblacion este preparada para actuar en una situacion de emergencia, amen de la capacitacion que debiera tener en primeros auxilios por lo menos un integrante de cada familia.

por otro lado existe el terino voluntario que es digno de aplicarse a todas aquellas personas que en verdad tienen la vocacion de servir a su projimo sin esperar nada a cambio y que de alguna manera se acercan a instituciones debidamente formadas y con los reconocimietos necesarios para poder realizar esta actividad (socorristas, tecnicos en urgencias medicas, bomberos, etc. etc...) y el otro termino que exsite es el de "voluntarioso" que desgraciadamnete se aplica a la gran mayoria de las personas que componen esos supuestos "grupos voluntarios" (aunque como en todo existen excepciones) por experiencia propia te puedo comentar que en esoso grupos hay gente que ha sido invitada por los dueños de esas camionetas a las que indebidamente se les llama "ambulancias" para que "trabajen" boteando en algunas esquinas, centros comerciales, topes de calles, transporte publico, etc. etc..con la consigna de entregar al final del dia 0una "cuenta" o "tarifa" por cada uno a ese dueño, asi que si pusieramos un ejemplo si ese "dueño" invita a 4 personas y cada uno le tiene que dar $100.00 pesos diarios, el dueño se estaria llevando un aprox. de $400.00 pesos diarios sin hacer nada, es esto voluntario o voluntarioso?? a mi me a tocado con una ambulancia de la Cruz Roja cubrir emergencias a una cuadra de donde estos supuestos socorristas o paramedicos se encuetran "boteando" me pregunto por que no cubren ellos ese servico? si se supone que su eslogan para pedir es la supuesta compra y mejora de equipo y material de su o sus "ambulancias"

Si bien es cierto que el gobierno no ha ejercido su debida autoridad en esa materia probablemente por conveniencia ya que estos grupos voluntarios me imagino le ahorran una importante cantidad de dinero al ser ellos quien presten el servicio con todo y las carencias que conocemos y que deberia ser una obligacion del gobierno darlo; tambien es cierto que las personas que trabajan en esas unidades voluntarias se aprovechan de esa situacion para obtener un beneficio economico.

yo quisiera hacer una cordial invitacion a todos aquellos que en verdad tengan ese sentido altruista de ayudar desinteresadamente a que se unan o incorporen a las instituciones reconocidas y debidamente capacitadas para tal fin, creo que con eso estariamos contribuyendo tambien a la solucion de uno de los principales problemas que es el de la carencia de ambulancias y ademas con personal capacitado, esto a su vez repercutiria en una mejor y mas rapida atencion de las emergencias y se reduciria la necesidad de provocar mayores daños a los pacientes en el traslado que por sus propios medios tenfrian que hacer.