Mientras que en Inglaterra las instalaciones de Global Technical Ltd. son allanadas por la Policía y varios de los llamados detectores moleculares GT200 son confiscados, en México el negocio marcha y marcha muy bien.
Acabo de descubrir que así como la Administración Portuaria Integral de Altamira, S.A. de C.V. en octubre de 2008 fue víctima de los estafadores de SEGTEC S.A. de C.V. quienes les vendieron dos GT200 a $581,139.00 y $445,539.90, en septiembre de 2010 la Administración Portuaria Integral de Lázaro Cárdenas S.A. de C.V. se unió al club de la locura al comprarles uno de estos artefactos inútiles:
Lo curioso de este caso es que el precio es, aparentemente, mucho menor: $34,500.00.
¿De más de 400 mil a sólo 34,500 pesos? Para mí que o se trata en realidad de 34,500 dólares y que alguien no registró ese detalle, o bien que ante las evidencias acumuladas y disponibles sobre este fraude, la mordida tuvo que ser considerablemente mayor.
¿Usted qué cree?
A.T.
domingo, 20 de febrero de 2011
jueves, 17 de febrero de 2011
Carlos Manuel Calvo Martínez: el GT200 es un equipo de alta tecnología
Había comentado en Twitter que las autoridades chiapanecas están presumiendo que van a utilizar el fraudulento detector molecular GT200 para proteger a los asistentes a a la Feria Internacional de Tapachula 2011, y anoche me encontré con esta nota de Leni García en donde se escucha a Carlos Manuel Calvo Martínez, director de la Policía Estatal Preventiva, afirmar lo siguiente sobre el GT200. Tenía que compartirlo aquí, para que quede constancia en audio de que no sólo los militares gustan de hacer el ridículo en sus declaraciones:
Oh sí, maravilloso aparato éste, sobre todo si recordamos que no sirve para nada, cosa que no es de extrañar ya que como saben los sospechosos habituales, este "equipo de alta tecnología" está hueco. Quizá Calvo nos quiera explicar cómo le hace para detectar hasta autos robados* con esta porquería.
Insisto, no sé usted pero yo no me siento ni tantito seguro cada vez que me entero de cosas como éstas.
A.T.
___
*Sí, ya sé que probablemente esto de que detecta autos robado sólo sea un error de redacción, pero como están las cosas no sería imposible que algún baboso afirmara esto.
>Fotografía tomada de ChiapasExplosivo.
Oh sí, maravilloso aparato éste, sobre todo si recordamos que no sirve para nada, cosa que no es de extrañar ya que como saben los sospechosos habituales, este "equipo de alta tecnología" está hueco. Quizá Calvo nos quiera explicar cómo le hace para detectar hasta autos robados* con esta porquería.
Insisto, no sé usted pero yo no me siento ni tantito seguro cada vez que me entero de cosas como éstas.
A.T.
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*Sí, ya sé que probablemente esto de que detecta autos robado sólo sea un error de redacción, pero como están las cosas no sería imposible que algún baboso afirmara esto.
>Fotografía tomada de ChiapasExplosivo.
martes, 8 de febrero de 2011
Planetas Prohibidos, una nueva revista de ciencia ficcion
Gracias a un tuit de @Cosmocapsula me entero de que ha salido una nueva revista de ciencia ficción, fantasía y terror: Planetas Prohibidos.
Se trata de una publicación gratuita en PDF, cuyo primer número ya está listo para su descarga.
Desde este HBPC les deseamos la mejor de las suertes a Lino Moinelo, Guillermo de la Peña, Marta Martínez, Jorge Vilches y J. Javier Arnau, las personas que están detrás de este proyecto.
Servido.
A.T.
Se trata de una publicación gratuita en PDF, cuyo primer número ya está listo para su descarga.
Desde este HBPC les deseamos la mejor de las suertes a Lino Moinelo, Guillermo de la Peña, Marta Martínez, Jorge Vilches y J. Javier Arnau, las personas que están detrás de este proyecto.
Servido.
A.T.
sábado, 5 de febrero de 2011
De mi suicidio homeopático
La idea era ir a la reunión que había organizado Adán Lerma, autor del blog Espejo Escéptico,como parte del reto 10:23, suerte de manifestación mundial para demostrar de forma práctica y un tanto jocosa, que la homeopatía es una estafa. Como no me fue posible asistir, decidí hacerlo por mi cuenta. Total, gracias a la magia de la red es posible dejar constancia del hecho aquí en el blog.
Para ello fui a la primera farmacia homeopática que encontré y pedí algo para dormir. La vendedora me dio un bote de píldoras "Kal-Fax", del Laboratorio Millenium y fue a preguntarle a la "doctora" —que estaba en consulta y por tanto no me pudo brindar esa atención personalizada que tanto se presume—, la dosis adecuada y me la anotó en un papel.
Al tener el frasco en mis manos lo único que verifiqué fue que se tratara de un "medicamento homeopático" de verdad y no lo que se conoce como falsa homeopatía, remedios que a diferencia de los homeopáticos reales que han sido diluídos tanto que ya no tienen sustancia activa alguna, sólo se etiquetan como tales pero no han sido diluídos lo suficiente —si es que lo fueron—, de modo que es posible que esos sí tengan todavías sustancias activas.
Comprobado que el frasco sólo tenía Valeriana officinalis, Pasiflora incarnata, Coffea cruda y Gelsemium sempervirens diluídas 30c, lo pagué y me fui a mi casa bastante tranquilo. Esta tranquilidad se explica, no sólo porque como sé qué es la homeopatía sino porque una dilución "30c" es el equivalente de tomar 1 gota de la tintura madre y diluirla en cien millones gotas de agua del tamaño de una galaxia —que curiosamente es, para estos orates, una de sus mezclas más potentes permitidas— , de modo que las probabilidades ya no digamos de intoxicación sino de encontrar una sola molécula de ellas en los chochos era, para fines prácticos, mucho menor a que en este momento entrara volando por la rendija de mi ventana el boleto premiado de la lotería... de China.
Una vez ahí revisé la dosis recomendada por la "doctora" y pude ver que no concordaba con la que viene impresa en la etiqueta. Menciono esto no porque sea importante —que estamos hablando de homeopatía, vamos— sino simplemente para dejar constancia de ello.
Ya con mis píldoras mágicas y un vaso de Coca-Cola para pasármelas, me dispuse a suicidarme. He aquí el registro de tan triste acontecimiento:
Esto fue como la 1:00 PM*; son casi las 7:PM y mire usted, no hay señales de... nada. No es que sea para sorprenderse, a fin de cuentas me tomé una sobredosis de azucar y... nada. Porque recuerde, la homeopatía está hecha con nada.
Aunque haya quienes todavía no se enteran.
A.T.
__
*Me equivoqué en mi cálculo, no me tomé 100 chochos sino 64. Como sea, creo que sigue siendo una buena sobredosis, ¿no?
Para ello fui a la primera farmacia homeopática que encontré y pedí algo para dormir. La vendedora me dio un bote de píldoras "Kal-Fax", del Laboratorio Millenium y fue a preguntarle a la "doctora" —que estaba en consulta y por tanto no me pudo brindar esa atención personalizada que tanto se presume—, la dosis adecuada y me la anotó en un papel.
Al tener el frasco en mis manos lo único que verifiqué fue que se tratara de un "medicamento homeopático" de verdad y no lo que se conoce como falsa homeopatía, remedios que a diferencia de los homeopáticos reales que han sido diluídos tanto que ya no tienen sustancia activa alguna, sólo se etiquetan como tales pero no han sido diluídos lo suficiente —si es que lo fueron—, de modo que es posible que esos sí tengan todavías sustancias activas.
Comprobado que el frasco sólo tenía Valeriana officinalis, Pasiflora incarnata, Coffea cruda y Gelsemium sempervirens diluídas 30c, lo pagué y me fui a mi casa bastante tranquilo. Esta tranquilidad se explica, no sólo porque como sé qué es la homeopatía sino porque una dilución "30c" es el equivalente de tomar 1 gota de la tintura madre y diluirla en cien millones gotas de agua del tamaño de una galaxia —que curiosamente es, para estos orates, una de sus mezclas más potentes permitidas— , de modo que las probabilidades ya no digamos de intoxicación sino de encontrar una sola molécula de ellas en los chochos era, para fines prácticos, mucho menor a que en este momento entrara volando por la rendija de mi ventana el boleto premiado de la lotería... de China.
Una vez ahí revisé la dosis recomendada por la "doctora" y pude ver que no concordaba con la que viene impresa en la etiqueta. Menciono esto no porque sea importante —que estamos hablando de homeopatía, vamos— sino simplemente para dejar constancia de ello.
Ya con mis píldoras mágicas y un vaso de Coca-Cola para pasármelas, me dispuse a suicidarme. He aquí el registro de tan triste acontecimiento:
Esto fue como la 1:00 PM*; son casi las 7:PM y mire usted, no hay señales de... nada. No es que sea para sorprenderse, a fin de cuentas me tomé una sobredosis de azucar y... nada. Porque recuerde, la homeopatía está hecha con nada.
Aunque haya quienes todavía no se enteran.
A.T.
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*Me equivoqué en mi cálculo, no me tomé 100 chochos sino 64. Como sea, creo que sigue siendo una buena sobredosis, ¿no?
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