Limpiar el sensor. Una frase que, me imagino, le pondrá a más de un dueño de cámara reflex digital los pelos de punta. Como a mí.
Desde diciembre de 2011, que me hice de mi Pentax K-x, había temido este momento. A pesar de seguir las recomendaciones para evitar en la medida de lo posible la entrada de polvo al cambiar de objetivo, sabía que a fin de cuantas esto era algo inevitable. Reacio a tocar el corazón de la cámara, estuve posponiéndolo lo más posible, peléandome cada vez más con el editor de imágenes para tratar de eliminar o al menos disimular las motas de polvo que se iban acumulando, hasta que ya fue, en muchos casos, de plano una misión imposible. Mientras tanto, me puse a investigar qué opciones tenía para limpiarlo y después de sopesar varias, me decidí por una que sin duda, le sonará extraña: cinta adhesiva.
Sí, como lo lee, cinta adhesiva, pero no cualquier cinta, no, debe ser cinta Scotch 810, pues aparentemente no deja residuos de pegamento. Si le interesa saber más o incluso ponerlo en práctica, el proceso así como varias críticas postivas y negativas se pueden ver en este hilo del foro Nikonistas.
Si se pregunta si me funcionó, bueno, véalo usted:
Si bien todavía queda por ahí alguna mota, tomando en cuenta lo sucio que estaba, no me quejo del resultado final. En todo caso, si algo hay que criticar a este sistema son los cinco o seis años de vida que debo haber perdido por el estrés.
Pero bueno, ¿quién quiere vivir para siempre?
A.T.
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