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domingo, 8 de diciembre de 2013

En Chiapas siguen utilizando el fraudulento detector molecular GT200

Sin duda, más de uno de los ocasionales lectores de este humilde blog perdido en el ciberespacio se va a quedar con la boca abierta, pero me temo que el título de esta entrada es verdad: en Chiapas  siguen utilizando el fraudulento detector molecular GT200. A pesar de todo.

Y por todo me refiero, por ejemplo, a que Luis Mochán demostró en teoría y experimentalmente —como también hicieron en Tailandia—, que no sirve; se ha mostrado en público en Tailandia y ante la corte británica que se trata de un juguete de plástico hueco, sin ningún componente de ningún tipo en su interior, y esa misma corte condenó a siete años de prisión a Gary Bolton, cabecilla de Global Technical Ltd, los fabricantes; sus distribuidores en México, Segtec S.A de C.V. se han desentendido por completo de su otrora maravilloso equipo; estalló al fin un pequeño escándalo mediático y gracias a ello hasta la Secretaría de la Defensa Nacional —que ya es decir— ha decidido embodegarlos.

Todo esto no ha sido suficiente para que en el gobierno de Chiapas admitan que les vieron la cara. Y no es que sorprenda, al menos no demasiado. Recordemos que apenas en agosto y a raíz del mencionado escándalo mediático, el titular de la Procuraduría General de Justicia de Chiapas, Raciel López Salazar, declaró que sus GT200, a diferencia de los del resto de mundo, sí servían. Y parece que lo mismo opina Jorge Luis Llaven Abarca, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del Estado de Chiapas, pues sigue mandando a sus muchachos a hacer el ridículo ante los chamacos en su famoso programa "mochila segura", como se puede ver —que no leer, puesto que a diferencia de otras ocasiones, ahora han evitado mencionar al GT200 por su nombre— en este boletín del 8 de noviembre de este año, del cual, para mayor gloria, copio aquí la foto:


Chiapas: realidad alterna


Es probable que no sólo en Chiapas se sigan usando estos juguetes, por ejemplo hace unos días Edgar Khonde mencionó en Twitter haber estado en un retén en Querétaro donde la Policía Federal había empleado el GT200, aunque sospecho que en realidad fue la policía queretana —de la que, como la gran mayoría de sus usuarios en México, no sabemos si los ha desechado o no—, puesto que la PF, fuera de algunas pruebas, parece ser que nunca los llegó a usar formalmente.

Visto lo anterior no deja de ser hasta cierto punto de admirar la actitud de Mario Anguiano Moreno, gobernador de Colima y durante años ferviente defensor de las bondades del ADE651 —uno de los clones del GT200 y cuyo fabricante, Jim McCormick, también fue condenado a 10 años de prisión hasta que le demostraron experimentalmente su completa inutilidad.

Por lo pronto y mientras se confirma si los siguen usando en otros lados, vayan mis condolencias a la pobre gente de Chiapas.

A.T.

domingo, 1 de diciembre de 2013

La Ouija del Diablo, de Carlos Galindo

La Ouija del Diablo, de Carlos GalindoSe presentó en sociedad desde septiembre, y aunque yo lo había recomendado por aquí, por allá y por acullá, hasta hoy se me hizo al fin tener entre mis manos un ejemplar de La Ouija del Diablo, crónica de un fraude en la guerra contra el narco y otros fragmentos de ciencia, de Carlos Galindo. Se trata de un libro donde se resume de manera genial el fraude del mal llamado detector molecular GT200 que tanto hemos comentado en este humilde blog perdido en el ciberespacio. Pero eso no es todo, pues aprovechando el viaje, el autor se suelta el pelo y nos receta muchos temas más. Para darse una mejor idea de su contenido, le recomiendo que lea lo que Martín Bonfil Olivera escribió al respecto en su blog

Por cierto, y como egonota al margen, tanto Bonfil como Luis Mochán y su seguro servidor somos mencionados por Galindo como los cruzados contra este aparatejo.

Debo mencionar que Galindo se había comunicado desde hace ya algún tiempo conmigo porque quería regalármelo —detalle que me sorprendió bastante y agradezco más—, pero por una u otra cosa no habíamos podido coincidir en el espacio-tiempo. Hasta hoy. Y estoy muy, muy contento.

Sin más, lo invito a que lo compre. YA.

A.T.