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martes, 31 de enero de 2012

Sale un JMGIPA con pepperoni

Pues eso, que gracias a un tuit de Bdemontork me enteré de que cierta pizzeria tuvo la genial idea de que para ahorrar dinero, en lugar de pagar por una imagen de agencia o contratar a un fotográfo profesional para que le hiciera una fotografía original para su publicidad, lo mejor era ir de cacería a Internet.

En un alarde de originalidad, todo sea dicho, en lugar de hacer lo usual —pirateársela de Flickr—, se fueron a Facebook y sin decir agua va se bajaron esta foto del perfil de Cassandra Romaly, y tras lo que se adivina como un intenso, concienzudo y laborioso proceso de Photoshop —o más bien, Paint— consiguieron transformar la manzana voladora original en  dos pizzas medianas —de pepperoni, para más señas— para obsequiarnos esta obra maestra, digna de participar en la noche de los publívoros:




Sin embargo, cuando la protagonista descubrió este sorpresivo —valga la redundancia— protagonismo culinario, no le hizo mucha gracia que digamos:




Razón más que suficiente para que Apple Pizzas sea merecedor del —no tan— codiciado José Musse Global International Piracy Award:




Sólo espero que a raíz de esto, a Cassandra le salgan grátis las pizzas por una buena temporada. Por lo menos, ¿no?

A.T.

lunes, 30 de enero de 2012

El GT200 en El Periódico, de Cataluña

El viernes, San Google me avisó que en El Periódico de Cataluña se había publicado un reportaje sobre los fraudulentos detectores moleculares GT200 y ADE651, sin duda como consecuencia del publicado por Proceso hace unos días. Lo malo del asunto es que sólo se podía acceder a un pequeño fragmento, a pesar de lo cual compartí la noticia por Twitter.

Ayer San Google me volvió a mandar otro enlace, y aunque escéptico, lo pinché, esperando encontrarme de nuevo con el mismo fragmento. No fue así: ya se puede leer la nota completa, que copio a continuación para sus archivos.

  A.T.
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Un detector de chiste


Un defectuoso aparato usado en México para hallar cocaína o explosivos se une a la lista de fracasos en la lucha contra el narcotráfico
El Gobierno se gastó 20 millones de euros
Sábado, 28 de enero del 2012

TONI CANO
MÉXICO

Un retén militar. Los soldados alinean a los pasajeros fuera del autobús. Un oficial empuña un aparato con una pequeña antena. Se para frente a un indígena alto. El hombre solo acierta a murmurar «pues si yo ni fumo» mientras se lo llevan a empellones. El militar mira sonriente el artilugio y al resto del pasaje: «No falla. Lo llamamos la güija del diablo». Nadie chista, varios se muerden la lengua. Solo los científicos denuncian la inutilidad y el peligro de esos fraudulentos, vacíos trastos de plástico convertidos en oráculo diabólico.

Más de 900 de los militares y policías desplegados en México para luchar contra el narcotráfico usan los detectores moleculares británicos ADE651 y GT200. Costaron más de 20 millones de euros. En teoría, pueden detectan motas de polvo de cocaína, explosivos, armas, dinero, incluso muertos y huesos de la narcoguerra. Pero esos aparatos a los que el Gobierno atribuye innumerables decomisos y con los que justifica centenares de cateos han provocado muchos equívocos, el más ligero de los cuales fue confundir con cocaína una carga de queso añejo.

«Esos detectores no son detectores de nada», asegura el físico Luis Mochán. El investigador, que asesora como perito a la defensa de distintos acusados de portar drogas o municiones, explica a EL PERIÓDICO: «No es más que un pedazo de plástico con una varita extremadamente sensible al movimiento de la mano», dice. «Apunta hacia donde el operador quiere que apunte. Está vacío y, en la parte de abajo, tiene una caja en la que se pueden meter varias tarjetas a la vez. Y hay cientos de tarjetas para detectar distintas sustancias».

La empresa fabricante -Global Technical, investigada ya por fraude en Gran Bretaña- afirma: «Un solo equipo detecta hasta 300 tipos diferentes de sustancias». Más aún: hasta un nanogramo -una millonésima de miligramo- de esas sustancias. La distribuidora en América Latina, Segtec, asegura: «Su eficacia ha sido corroborada por rigurosos controles y pruebas en México y el mundo. Actualmente, están en uso exitosamente más de 7.000 unidades en más de 25 países».

Generaciones de vida

Pero, como otros científicos, Luis Mochán recuerda: «Estos aparatos existen desde mitad de los años 90, han tenido ya 10 generaciones y no han pasado ninguna de las pruebas científicas, llamadas doble ciego, a las que han sido sometidas». Señala que «la ficha técnica es un puro galimatías, con palabras científicas fuera de contexto y sin significado alguno». Asimismo, «el instructivo advierte de que el aparato es muy sensible y su lectura puede verse afectada si alguien toma café o medicamentos, o si el operador está agitado; cualquier cosa puede servir de pretexto si no funciona».

En este «país sin cultura científica», dice Mochán, «miles de boletines de prensa repiten acríticamente las maravillas del aparato y los éxitos que ha logrado, sin decir que esos éxitos son en los lugares que saben de antemano que van a encontrar cierta sustancia». El físico hace hincapié en que «lo aleatorio de la señal vuelve a estos aparatos muy peligrosos». Y precisa: «Creen que funciona y cuando apunta, por ejemplo, a una vivienda puede fastidiar la vida de los que viven dentro».

En poco más de tres años, la Comisión Nacional de Derechos Humanos recibió 3.200 quejas por cateos ilegales tras patada en la puerta marcada por la güija del diablo; el pasado octubre, recomendó sin éxito «evitar el uso de este instrumento, más fraudulento que fiable». Ya en abril, la Academia Mexicana de la Ciencia pidió al Ministerio de Defensa someter a los detectores a una prueba doble ciego. Tres meses después, un general del Estado Mayor respondió: «No es posible acceder a su solicitud debido a las obligaciones jurídicas del contrato de adquisición con la empresa, que prohíbe cualquier tipo de pruebas».

La comisión de Ciencias del Senado invitó al físico Luis Mochán y este mes tratará de que el Parlamento solicite también la prueba científica del detector molecular. Pero ya la comisión de Defensa de la Cámara de Diputados invitó al ministro de Defensa, y los diputados salieron convencidos de que funcionaba bien. «Las fallas no son del aparato, sino de quienes lo usan», dijo el presidente de esa comisión.

La cordura empezó a imponerse en Veracruz. En base a la investigación de Mochán, una joven juez, Karla Macías, absolvió en octubre del 2011 al indígena Ernesto Cayetano, detenido hace un año en un retén cuando la varita mágica lo marcó como portador de «restos de marihuana». La juez señala en su sentencia: «No existe prueba alguna que permita afirmar que el aparato conocido como detector molecular GT200 es una prueba científica válida para ser considerada como prueba de cargo».

domingo, 29 de enero de 2012

El GT200, según la DEA

El viernes me encontré este tuit de @_cypherpunks_, que enlazaba a un documento titulado : Project Gunrunner - Assessment of the GT200 Molecular Detector (PDF), fechado en marzo de 2010 y de —supuestamente— El Paso Intelligence Center de la Drug Enforcement Administration de los Estados Unidos, la famosa DEA.

Por cierto, ¿se acuerda del escándalo de la Operación Rápido y Furioso? Pues ésta era parte del Proyecto Gunrunner, y visto el éxito que tuvo, supongo que, como ironizó Luis Mochán en un tuit, los fabulosos detectores moleculares no detectaron muchas armas que digamos...

Como es de suponerse, de inmediato compartí el hallazgo en Twitter, y ahora, dado que UncleStumpy se tomó la molestia de subirlo a Scribid, se lo pongo aquí, para que le eche un ojo. Asumiendo que el documento es real, me resulta al menos curioso ver que, a diferencia de nuestras autoridades, que siguen cerrando los ojos y tapándose los oídos, la DEA sí ha investigado sobre este fraude. Para ello se ha tomado la molestia de, entre otras cosas, leer este humilde blog perdido en el ciberespacio. Sí, aunque no se le menciona, varias de las imágenes que ilustran el documento han salido de aquí, particularmente de la entrada donde trato de explicar cómo funcionan estos juguetes. Ah, y también, como a los tailandeses, veo que les gustó el video del AT200. Hombre, que hasta lo citan en la página 7.

Y hablando de citas, le dejo estas dos, lapidarias:

"It is fascinating how supposedly 'educated' decision makers of so many governments could have actually believed in a device that has never been proven scientifically and such 'technology' as 'static electricity' powered 'molecular detection.'"

"The facts show through research and numerous deaths and injuries that these devices are actually nothing more than a complete hoax"

De pena ajena.

A.T.


Project Gunrunner - Assessment of the GT200 Molecular Detector



miércoles, 25 de enero de 2012

Insiste el Ejército en hacer el ridículo: el GT200 funciona

Ya la había compartido por Twitter, pero creo que vale la pena poner aquí la respuesta —no oficial— de los militares al artículo que la revista Proceso dedicó hace unos días al fraude de los detectores moleculares GT200 y ADE651. Respuesta que, junto con lo que dijo el presidente de la Comisión de la Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, Rogelio Cerda Pérez, después de entrevistarse con el Gral. Guillermo Galván en octubre de 2011, los pinta de cuerpo entero.

Inteligencia Militar en su máxima expresión, pues.

A.T.

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Los detectores son sólo una herramienta de trabajo, aclara Ejército
Sandra Rodríguez Nieto
El Diario


Personal de la guarnición militar explicó que los detectores moleculares denominados GT200, usados aquí durante la Operación Conjunta Chihuahua, son sólo un “instrumento” que ayuda a las fuerzas armadas a ubicar metales y sustancias, mas no una prueba definitiva sobre la ilegalidad de las mismas.

“Lo que pasa es que es un complemento en el trabajo, no quiere decir que cuando se detecta algo se dice ‘llévatelo’. Es sólo una herramienta”, dijo un elemento de las Fuerzas Armadas que también confirmó que tales detectores fueron intensamente utilizados en esta frontera desde 2008, en la Operación Conjunta Chihuahua.

El oficial castrense –que dio su opinión con la condición del anonimato– fue entrevistado luego de que la revista mexicana Proceso difundiera un artículo en el que se insiste en el carácter “fraudulento” de dichos artefactos adquiridos por la Secretaría de la Defensa Nacional durante la presente administración federal.

En su edición de ayer, dicha publicación de circulación nacional cita a Luis Mochán Backal, investigador de la Academia Mexicana de la Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, diciendo que, después de realizar diversos experimentos, comprobó la ineficacia de los aparatos.

“La teoría de funcionamiento del aparato que la Sedena manifiesta (…) es falsa. Por ejemplo, afirma que esto es capaz de detectar hasta un nanogramo –la milésima de millonésima de gramo– de una lista enorme de sustancias porque es programable gracias a unas tarjetas intercambiables, una para cada sustancia a detectar a una distancia de 5 kilómetros en aire”, dice Backal en el artículo de Proceso.

“Lo que hice fue calcular el campo magnético generado por un kilogramo de un material ferromagnético a 10 metros y encontré que es miles de veces más pequeño que el campo magnético de la Tierra. Por lo tanto, detectar un kilogramo del imán más poderoso que se le pueda ocurrir sería muy difícil a 10 metros, cuando el detector molecular pretende detectar nanogramos a miles de metros. La señal sería como 10 a la 20 veces (1 seguido de 20 ceros) menor que lo que produciría el material ferromagnético a 10 metros. No detecta nada”, agrega el texto.

La revista también menciona cómo, pese a que en Inglaterra –país que empezó a producir los aparatos- se hizo una investigación periodística que denunció la inutilidad tales instrumentos, el gobierno del presidente Felipe Calderón adquirió, dice Proceso, casi dos mil de esos instrumentos.

La fuente de la guarnición militar de Juárez, sin embargo, insistió en que los detectores son “como los rayos gama”, que sirven para detectar la presencia de sustancias o elementos sospechosos para indicar al personal castrense la necesidad de una revisión más profunda, mas no una prueba irrefutable de que lo detectado sea ilegal.

domingo, 22 de enero de 2012

El GT200 en Proceso. ¡Al fin!

(Actualizado 25/01/12)

Desde finales de 2009 he mandando —ahora ya casi no, la verdad—  varios mensajes por correo electrónico a las redacciones, reporteros y columnistas de diversas revistas y periódicos para tratar de advertir del peligroso fraude de los llamados detectores moleculares. Entre los primeros destinatarios estuvieron la revista Proceso y el diario La Jornada, por creer que, dada su línea editorial, serían de las publicaciones más interesadas. Estaba equivocado, pues salvo un breve intercambio epistolar con una de las columnistas de Proceso, como bien saben los sospechosos habituales, fui absolutamente ignorado por —casi— todos los profesionales de la información. A diferencia, por ejemplo de la blogosfera y redes sociales, que se han hecho eco y han ampliado la información crítica.

Ahora, después de más de dos años desde aquellas primeras advertencias, a meses del no tan lejano mini escándalo mediático desatado por el reportaje de Laura Castellanos en El Universal, de comentarios de lectores y de relativamente continuas menciones en Twitter, veo con agrado que al fin se enteran en Proceso del fraude del GT200 y compañía. De La Jornada —salvo dos notas genéricas de copipega—, sigo esperando alguna columna o reportaje original. Supongo deberé ponerme cómodo...

Dejo aquí, para sus archivos, la nota, tomada de El Diario de El Paso. Pongan especial atención al adelanto de Luis Mochán sobre la prueba que se hizo en las instalaciones de la Academia Mexicana de Ciencias en octubre de 2011. Cuando se puedan hacer públicos los resultados y el proceso de la prueba en sí, creo que nos vamos a reir mucho.

O pensándolo bien, quizá no...

A.T.

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Los detectores moleculares y la ingenuidad mexicana (completo)

Un par de carísimos productos milagro, los llamados ‘detectores moleculares’ que el gobierno de Felipe Calderón compró a montones para combatir al narco, resultaron ser un fraude, juguetes de plástico. Contra las advertencias del gobierno británico, la experiencia del FBI estadounidense y los argumentos de la comunidad científica mexicana, el Ejecutivo y los jefes militares siguen arriesgando la seguridad del país...

Patricia Dávila
Proceso | 21-01-2012 | 23:05



Ciudad de México– Los detectores moleculares ADE651 y GT200, empleados por el Gobierno mexicano en la frontera con Estados Unidos y todo el territorio para localizar cargamentos de droga, armamento y explosivos en aire, mar y tierra, son aparatos “fraudulentos”, una “burla” a la inteligencia y un riesgo para la seguridad nacional.

Los aparatos usados en los puentes internacionales de fronteras como Ciudad Juárez, Chihuahua-El Paso, Texas; Tijuana, Baja California-San Diego, California; Laredo, Texas-Nuevo Laredo, Tamaulipas; Nogales, Sonora-Nogales, Arizona, entre otras, y en el interior de México en las centrales de autobuses, retenes carreteros y operativos antidrogas, por militares y agentes federales, en realidad no detectan nada.

Casi 2 mil de estos detectores moleculares fueron comprados en el 2007, al inicio de la administración de Felipe Calderón. El Ejército y la Marina anunciaron la adquisición de un instrumento capaz de detectar a varios kilómetros hasta un nanogramo –una milésima de millonésima de gramo– de prácticamente cualquier sustancia ilegal y de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas. En resumen, tenían un arma “mágica” contra el narco.

Por medio de la prensa, el Ejército ha atribuido cuantiosos decomisos de droga y armas al GT200 y al ADE651, y los ha empleado para justificar cientos de cateos.

De hecho, su uso ha provocado cerca de 500 quejas en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos e incluso algunos juicios penales contra la Secretaría de la Defensa Nacional.

Ahora el doctor Luis Mochán Backal, expresidente y actual investigador de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dice a Proceso que, después de muchas dificultades, sometió al GT200 a una prueba. Hoy está convencido de la inutilidad de los aparatos.

Relata: “Me enteré de estos detectores en marzo de 1999, en Atlanta, Estados Unidos, durante una charla en el Congreso de la Sociedad Americana de Física. Acudió Games Randy, famoso por denunciar la seudociencia. Él fundamentó la falsedad del Quadro Tracker, uno de los primeros detectores moleculares”.

El Quadro Tracker, adquirido por corporaciones estadounidenses como la Patrulla Fronteriza, era similar a una pistola de plástico con una antena giratoria. El aparato tenía ranuras para insertar tarjetas intercambiables, según lo que se quería detectar: drogas, armas y hasta criminales o inmigrantes ilegales. Los vendían en 2 mil dólares.

Cuando Randy hizo una prueba, cortó en pedazos el artilugio y vio que adentro no había nada: ni fuente de poder ni componentes electrónicos. Era un pedazo de plástico.

Los fabricantes pregonaban que las tarjetas contenían la “esencia” de la “sustancia” por detectar capturada en cristales de carbón. Esta terminología ocultaba un procedimiento inverosímil: para buscar mariguana, fotografiaban una planta y luego la fotocopiaban para carbonizarla y laminarla en forma de tarjeta. De igual forma, carbonizaron la foto de un indocumentado mexicano para detectar migrantes...

Cuando Randy evidenció el engaño, los fabricantes argumentaron que él no tenía capacidad científica para juzgar el funcionamiento del aparato. A fin de comprobar si funcionaba, Randy hizo una prueba “doble ciego”: una persona oculta una sustancia por detectar sin que nadie más sepa dónde se halla. El operador del Quadro Tracker jamás encontró la sustancia.

Pese a ello, el investigador no captó el interés de las agencias gubernamentales de Estados Unidos hasta que un exagente del FBI compró una franquicia y empezó a vender Quadro Tracker. Esto irritó al FBI, que mandó el aparato a un laboratorio del Departamento de Energía para someterlo a pruebas. Al comprobar que no funcionaba, prohibieron usarlo y venderlo.

No obstante, poco tiempo después se empezó a producir en Inglaterra, con el nombre de Molle. Hasta ahora existen más de 10 generaciones de detectores y cada vez que se denuncia el fraude sale a la venta uno de distinto nombre. Prosigue el doctor Mochán:

“De pronto, 11 años después, en marzo de 2010, por e-mail recibí una revista de ciencias que edita un expresidente de la Sociedad Americana de Física. Traía la noticia de que México había comprado 500 aparatos ADE651 y GT200 a 20 mil dólares cada uno. Le di seguimiento y resultó que la compañía que los vendió es la Global Technical (GT), que los distribuye en México a través de la empresa Segtec”.

Se enteró de que el gobierno de Irak usaba estos aparatos para detectar explosivos, pero frecuentemente explotaban carros-bomba que mataban a mucha gente, incluidos soldados ingleses. La BBC de Londres hizo una investigación y denunció que los detectores eran fraudulentos. El gobierno Inglés prohibió su exportación a Irak y Afganistán para proteger a sus tropas. También avisó del engaño a otros gobiernos que los compraron, entre ellos al de México.

“El gobierno mexicano no sólo ignoró la alerta, sino que los siguió comprando. Los datos oficiales que tengo apuntan a cerca de mil detectores, por los que pagaron 360 millones de pesos”, señala Mochán.

Pagaron sin ver

En 2009 Andrés Tonini, escritor de ciencia ficción, solicitó a través del Ifai información acerca de las instituciones que adquirieron detectores moleculares ADE651 y GT200, de Global Technical. La respuesta es preocupante:

En 2008, el 15 de julio, el ISSSTE adquirió uno por 379 mil 500 pesos; Pemex, en noviembre, compró ocho para el Complejo Procesador de Gas (CPG) Nuevo Pemex, CPG Área Coatzacoalcos, CPG Reynosa y CPG Arenque, adscritos a la Subdirección de Producción; cada uno le costó 425 mil 154.28 pesos. En diciembre Pemex Petroquímica adquirió cinco, a 464 mil 756.40 pesos cada uno. La Subdirección de Seguridad Industrial y Protección Ambiental tiene 41 pero no dice su costo. Pemex Exploración y Producción informó que sus 35 GT200 le costaron entre 435 mil y 609 mil pesos por unidad.

En la respuesta a la solicitud 0000700057809, la Sedena señala que adquirió 521 equipos en 2007 y en 2008 a 286 mil 740 pesos la pieza. Ante la solicitud 0000700152310, informa de 742. En el mismo periodo, la Semar firmó contrato por 102 unidades pero no menciona el precio. De acuerdo con Pemex y la Semar, ésta se encargó de probar los equipos de ambas instituciones. En el Ejército y el ISSSTE no hubo pruebas.

También los adquirieron los gobiernos de Chihuahua, Colima, Distrito Federal, Tabasco, Guanajuato, Michoacán, Sinaloa, Oaxaca y Yucatán.

El doctor Mochán fue invitado a participar en juicios penales donde el aparato fue usado por la Sedena como evidencia, por lo que obtuvo la información que usan los operadores.

“La teoría de funcionamiento del aparato que la Sedena manifiesta en el juicio es falsa. Por ejemplo, afirma que esto es capaz de detectar hasta un nanogramo –la milésima de millonésima de gramo– de una lista enorme de sustancias porque es programable gracias a unas tarjetas intercambiables, una para cada sustancia a detectar a una distancia de 5 kilómetros en aire. De acuerdo al instructivo, lo detecta a partir del campo paramagnético y del campo diamagnético que generan las sustancias.

“Lo que hice fue calcular el campo magnético generado por un kilogramo de un material ferromagnético a 10 metros y encontré que es miles de veces más pequeño que el campo magnético de la Tierra. Por lo tanto, detectar un kilogramo del imán más poderoso que se le pueda ocurrir sería muy difícil a 10 metros, cuando el detector molecular pretende detectar nanogramos a miles de metros. La señal sería como 10 a la 20 veces (1 seguido de 20 ceros) menor que lo que produciría el material ferromagnético a 10 metros. No detecta nada”.

En el instructivo se especifica que si el operador está cansado o agitado no debe usar el “detector”: “¡Si buscan a un criminal no sé cómo le hacen, porque seguramente el corazón se le acelera Si están tomando medicamentos tampoco debe usarlo porque los medicamentos pueden enlazarse ‘energéticamente’ con la antena y provocar que señale para donde no debe”.

Según los fabricantes, el aparato no usa fuente de energía pero no la necesita porque se carga con “la energía electrostática del cuerpo humano”. Pero, aclara Mochán, “el cuerpo humano es un conductor y en un conductor no puede haber campo electrostático. Los fabricantes inventan términos”.

La preocupación de la AMC llevó a su presidente, el doctor Arturo Menchaca, a enviar una carta al titular de la Sedena, Guillermo Galván Galván, el 4 de abril de 2011. Le informó que los detectores no funcionan y le ofreció la colaboración de la AMC para someterlos a una prueba de “doble ciego”. El 30 de junio, el general de brigada del Estado Mayor Edgar Luis Villegas Meléndez respondió que el GT200 funciona de maravilla. “No es posible acceder a su solicitud –agregó el militar– debido a las obligaciones jurídicas del contrato de adquisición con la empresa, que prohíbe cualquier tipo de pruebas”.

Esto sorprendió al investigador: “O sea que la seguridad nacional está supeditada a un contrato que jamás debió firmarse. He conversado con físicos de la Facultad de Ciencias de la UNAM, contratados por la Sedena, y opinan que el aparato es un fraude, pero no les hacen caso”.

A la Semar se dirigió Alejandro Frank Hoeflich, director del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM. Habló con tres almirantes para que se realizara una prueba de los aparatos y no tuvo éxito, a pesar de que ofreció discreción.

Alto riesgo

“Si vemos el instructivo –continúa Mochán–, el aparato es genial porque se curan en salud cuando señalan que no debe hacerse ninguna consignación con este aparato, que se requiere evidencia adicional. Claro, porque el detector no es evidencia. En principio, según el instructivo, no debe de usarse si no va acompañado de un perro o de un compañero que haga la búsqueda. Y los éxitos son del operador y del perro.

“Estoy involucrado en juicios penales en los que, de acuerdo con la Sedena, el GT200 detectó sustancias prohibidas y municiones de uso exclusivo del Ejército en una vivienda. Por eso catearon el domicilio. En uno de los juicios, donde el perito es un colega, la juez ordenó a la Sedena que sometiera al GT200 a una prueba de ‘doble ciego’”.

La Sedena envió a dos soldados expertos en el uso del GT200 con uno de los aparatos y suficiente cantidad de sustancias que supuestamente puede localizar. La prueba se hizo el 21 de octubre de 2011 en la AMC. El GT200 no detectaba nada y los militares preguntaron si los vecinos estaban tomando medicamentos. Incluso hicieron sacar del salón de prueba la mesa del café, porque podía “falsear” la prueba al momento de buscar anfetaminas…

Mochán sonríe: “Me parece absurdo, pero no puedo decir el resultado de la prueba hasta que la juez dictamine, ya que puedo perjudicar a la defensa”.

—La prueba confirmó su teoría sobre la falsedad del detector, de lo contrario no daría la entrevista, comenta la reportera.

Dice sonriendo: “Sólo en la CNDH hay cerca de 500 juicios involucrados con este aparato. En la recomendación general 19, emitida el 5 de agosto de 2011, la comisión señala que ‘el GT200 ha sido empleado en numerosas ocasiones por el personal de las fuerzas armadas como medio que cuadyuva en sus investigaciones y operativos en la lucha contra la delincuencia organizada’. Menciona que el gobierno de la Gran Bretaña prohibió la exportación del ADE 651, para proteger a sus soldados”.

En opinión del doctor en Física, la CNDH exhorta a que no se use un GT200 porque es violatorio de los derechos humanos, porque desde el exterior de la casa de una persona se busca percibir las sustancias que uno guarda adentro. Están “husmeando” sin tener una orden judicial. “Pero entonces le están confiriendo validez al aparato, cuando, reitero, no sirve para nada”.

Sin embargo, aclara Mochán, sí puede hacer daño: “Es un instrumento empleado para justificar los allanamientos. Argumentan flagrancia sólo porque la antenita lo apuntó. Esto es muy grave porque el GT200 y el ADE651 no son evidencia de nada porque no funcionan, y cuando la antena le apunta a una persona le pueden destrozar la vida, lo vuelven sospechoso de cualquier crimen que le quieran inventar”.

En octubre pasado Mochán fue invitado por la Comisión de Ciencia del Senado de la República a exponer sus hallazgos sobre el GT200. Además de sus colegas Arturo Menchaca y Alejandro Frank Hoeflich, asistió Francisco José Sánchez-Sesma, geofísico que dirigió el Instituto de Ingeniería de la UNAM y es miembro del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República.

Estuvieron presentes los senadores Francisco Javier Castrellón, Carlos Sotelo y Yeidckol Polevnsky, quienes el 13 de septiembre propusieron un punto de acuerdo: exhortar al presidente para que solicitara a la comunidad científica una evaluación de la eficacia de estos aparatos. El punto de acuerdo iba a pasar al día siguiente al pleno para que se aprobara, pero hasta la fecha sigue en espera.

“Me preocupa –explica el especialista– porque estamos viviendo el surgimiento del terrorismo, bombas que aparecen por varios lados. A un investigador le pusieron una bomba por estudiar nanotecnología. Después otro paquete sospechoso apareció en el Cinvestav de Irapuato, llegó el Ejército con este aparatito, checaron el paquete y determinaron que era una bomba, pero resultó que era un regalo”. Luego sonríe al mostrar fotos de soldados que intentan rastrear con un GT200 al panista Diego Fernández de Cevallos, entonces secuestrado. Plantea:

“¡Imagínese que el aparato diga que no es una bomba cuando sí lo es Esto pone en peligro a mucha gente. Pemex lo está usando para proteger sus instalaciones. Si alguien pretende sabotear a Pemex introduciendo un cargamento de explosivos y lo dejan pasar porque el aparatito no lo detectó, se pone en riesgo la infraestructura del país, la integridad y la vida de nuestras fuerzas armadas”.

—El gobierno cuenta con un aparato de inteligencia y de seguridad nacional. ¿Estaba obligado a saber que el aparato es un fraude?

—Es grave. Es una cuestión de seguridad nacional, y si el criterio con el que se adquirió el detector es el mismo con el que se hace inteligencia y se combate al crimen organizado, las perspectivas que tenemos no son nada halagüeñas. Fue un error comprarlo. Pudo ser mala voluntad o ignorancia. Si grandes instituciones como el Ejército y la Marina no se dieron cuenta del fraude, es que estamos pagando un costo muy alto por no tener ciencia.

—Se combate al narcotráfico con instrumentos de juguete?

—Sí. El GT200 y el ADE 651 son juguetes. Sé que 25 países los compraron; tenemos el honor de ser de los que más hemos adquirido y los únicos que los seguimos usando.

Resume el doctor Arturo Menchaca, presidente de la AMC: “Como personal científico calificado, es nuestra responsabilidad informar sobre el posible peligro que corre el personal de la Sedena que lo opera, así como todo aquel que depende del GT200 para su seguridad personal”.

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P.D. 25 de enero de 2012. Subieron a Slideshare la revista:


jueves, 19 de enero de 2012

Sí, el GT200 en el Senado de la República

GT200 senado ed 5
Un colado en el Senado
Recordarán los sospechosos habituales que en septiembre de 2011 varios científicos fueron invitados por el Senador Javier Castellón, presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado de la República para tratar el asunto de los fraudulentos detectores moleculares como el GT200 y al ADE651, que son utilizados por las Fuerzas Armadas y varias policías en este país para buscar drogas, personas sepultadas, explosivos y registrar mochilas. Recordar´n también que de alguna manera tuve la fortuna de poder colarme y asistir.

GT200 senado ed 1
La banda, conociéndose
Armado con mi computadora, celular, mi Gopher —perdí la antena del AT200—, antecesor directo del GT200 y por tanto también del ADE651, y el apoyo moral de algunos tuiteros, me preparé a hacer lo mío: acuartelarme en un rincón. Al principio todo marchaba de acuerdo al plan y mientras escuchaba la exposición de Mochán me relajé y me  dediqué a compartir vía Twitter algún comentario y una que otra foto, cosa que no era tan sencilla como parece dada la —aunque usted no lo crea— pésima conexión a Internet que había. Sin embargo, poco después me di cuenta de que  no iba a ser posible escurrir el bulto y al final no me quedó de otra sino tomar el micrófono, con el agravante de que como para fines prácticos para cuando me tocó hablar ya todo lo interesante había sido dicho y por ende había ido tachando uno a uno los puntos que tenía anotados por si tenía que decir algo, me limité, como podrá ver, a enfatizar algunos detalles, abusando en el proceso, obviamente, de los advervios.

Con todo, debo confesar que la pasé bastante bien. Mucho mejor de lo que esperaba, de hecho.

GT200 senado ed 3
Científicos impresionados
Quiero aprovechar esta entrada para agradecer a Luis Mochán, sin cuyos buenos oficios dudo que  su servidor hubiera podido colarse a esta reunión, pues este humilde bloguero no tiene las credenciales necesarias como para compartir mesa con personajes de la talla del resto de los invitados, porque mire usted con quiénes compartí el desayuno: Arturo Menchaca Rocha, Alejandro Frank Hoeflich, Francisco José Sánchez-Sesma, Raúl Alva García, Martín Bonfil Olivera y Alejandro Ramírez Solís. También aprovecharé para agradecer a nuestros anfitriones en el Senado, el ya mencionado Javier Castellón, Yeidckol Polevnsky, Carlos Sotelo García, y Jesús R. Díaz, secretario técnico de la Comisión de Ciencia y Tecnología.

Sí, se que esta entrada es bastante tardía, pues a pesar de que prometí que publicaría una reseña en el transcurso de la semana siguiente, por una u otra razón nunca lo hice. Hasta hoy. Si no me extendí en los detalles es porque ya Martín Bonfil Olivera escribió la suya, así que no vi el caso de aburrirlo mucho. En cambio, como mucha gente no tuvo la oportunidad de ver la transmisión en el Canal del Congreso, me propuse subir el video completo a Youtube. Tardé mucho más de lo que me hubiera gustado, pero al fin está aquí, en esta lista de reproducción:




El video completo dura unas dos horas, así que me tomé la libertad de dividirlo en varias partes para que sea más sencillo hacer referencia a la parte que a usted le interese:

01. Presentación por parte del Senador Javier Castellón.
02. Exposición del Dr. Luis Mochán Backal (primera parte, segunda parte, tercera parte).
03. Participación del Dr. Arturo Menchaca Rocha.
04. Participación de la Senadora Yeidckol Polevnsky.
05. Participación del Dr. Alejandro Frank Hoeflich.
06. Participación del Dr. Francisco José Sánchez-Sesma.
07. Participación del Dr. Raúl Alva García.
08. Participación del QFB. Martín Bonfil Olivera.
09. Participación del Dr. Alejandro Ramírez Solís.
10. Participación del C. Andrés Tonini.
11. Conclusiones del Dr. Luis Mochán Backal.
12. Conclusiones de la de la Senadora Yeidckol Polevnsky.
13. Conclusiones del Senador Javier Castellón.


Si quier ver algunas fotos, en mi cuenta de Flickr subí una pequeña selección  y varias más en Facebook, no necesariamente mías. Ah, y también en Twitter me fui encontrando por aquí, por allá y acullá.

Para terminar, si se pregunta usted cuál ha sido el resultado de esta reunión, he aquí un resumen de lo que ha pasado:

El mismo día se emitió un boletín del Senado y algunos medios de comunicación mencionaron el caso, lo cual fue un buen abono para las notas de Laura Castellanos que a su vez detonaron un pequeño escándalo mediático que llevó a que la Comisión de la Defensa Nacional de la Cámara de Diputados interrogara al Gral. Guillermo Galván, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional. De esta reunión el presidente de dicha comisión, Rogelio Cerda Pérez, probablemente citando a Galván, nos obsequió unas declaraciones que todavía no sé si sean para reir, llorar o arrojarse a las vías del tren.

En cuanto a los laberínticos trámites en el Senado, esto es lo que sé: se mandó el punto de punto de acuerdo para su dictamen (20 de septiembre, PDF), se publicó el dictamen con proposición de punto de acuerdo (18 de octubre, Doc), se aprobo el punto de acuerdo (noviembre de 2011, PDF) y se publicó otra vez un punto de acuerdo (6 de diciembre, PDF).

¿Qué sigue? No lo sé, pero al menos Castellón sigue insistiendo en el tema.


A.T.

martes, 17 de enero de 2012

Dmente Publicidad gana el JMGIPA

Gracias a este tuit de Gisela Chavolla me enteré de que el logotipo de la Feria de León de este año resultó ser una copia de uno ucraniano, como se puede ver en estas comparativa que hicieron en Zona Franca:



Por ello, no queda sino reconocer como se debe el ingenio de Alejandro Becerra, director Dmente Publicidad S.A. de C.V., la compañía que se encargó de hacer tan original diseño para el Patronato de la Feria Estatal de León y que gracias a esto se las ha visto negras. Y se puede poner peor.

Sin más, he aquí su José Musse Global International Piracy Award:



Felicidades.

A.T.

viernes, 13 de enero de 2012

Pistolas moleculares en Culiacán

Siguiendo el ejemplo del Gobierno del Estado de Sinaloa, que ha dotado a su Secretaría de Seguridad Pública con el  inservible GT200 y aparentemente también con el no menos inútil ADE651, Héctor Melesio Cuén Ojeda*, presidente municipal de Culiacán, la capital del Estado, anunció sin pudor que la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal se une a la lista de los tarugos que se han dejado timar comprando a precio de oro los fraudulentos "detectores moleculares", como se puede leer en esta nota de Línea Directa:

"Culiacán, Sin.- El presidente municipal de Culiacán, Héctor Melesio Cuén Ojeda, presentó formalmente la Unidad Especializada Contra el Robo de Vehículos que incluirá entre sus tareas de reacción detectar armas de fuego con la tecnología de la pistola molecular.


[...]


'De tal manera que tratamos de tener lo mejor aquí porque lo que queremos son resultados. Aquí ya no hay pretextos, ya tenemos georreferenciado prácticamente todo Culiacán. Ya tenemos las posibles salidas, además se aprovechará a este grupo para detectar el traslado de armas utilizando la pistola molecular, detalló".

Este 2012 está recién estrenado, pero seguimos con las mismas viejas pendejadas. Y aclaro que de ninguna manera lo digo sólo por Cuén.

A.T.
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* De acuerdo a la Wikipedia, Héctor Melesio Cuén Ojeda "es un químico, farmacéutico y biólogo mexicano. Ejerció sus estudios en la Universidad Autónoma de Sinaloa, universidad de la que fue rector en el período (2005-2009)". Y con todo, le vieron la cara. El horror.